meditando empresario equilibrando el trabajo y la vida personalA la hora de evaluar distintas herramientas, a menudo se pasan por alto virtudes blandas como la capacidad de adaptación a distintas situaciones.

El concepto de resiliencia se ha popularizado desde su origen especializado en la psicología y las ciencias ambientales a múltiples usos.

Se dice que alguien es resiliente cuando consigue superar situaciones adversas. Un material resiliente recupera su forma cuando cesa la presión externa; una planta, cuando sobrevive a un período de sequía. Una organización resiliente es aquella que consigue reorientar su modelo de negocio ante las presiones en contra del mercado.

Sin embargo, rara vez se habla de la resiliencia como una característica ventajosa para aquellos productos de software que consigan tolerar situaciones de estrés. Teniendo en cuenta que el software B2B está llegando a unos grados de especialización extraordinaria, empieza a resultar extraño.

Deja que te expliquemos el modelo de de Software como Servicio de ITM Platform.

Propongo que empecemos a considerar la resiliencia como un factor prioritario a la hora de evaluar distintas alternativas de software empresarial, en particular soluciones SaaS.

El software SaaS B2B adolece de un problema generalizado: las tasas de adopción por parte de los usuarios finales. La fricción es, en este sentido, la mayor barrera para la rentabilidad de la inversión.

¿Qué caracteriza a un software resiliente? ¿Qué quiere decir que sea capaz de tolerar y sobrevivir a circunstancias adversas?

De alguna manera, la prueba de estrés se desplaza desde el usuario hacia la propia herramienta. Es decir: en las situaciones más traumáticas para una empresa, como es la adopción de un nuevo software de gestión, la herramienta cuenta con características que le permiten adaptarse y responder positivamente a usos no heterodoxos por parte de los usuarios.

Para ser aún más concretos, pondré un ejemplo desde la industria de la gestión de proyectos. Un software de gestión de proyectos, por ejemplo, será resiliente si:

  • cubre distintos estilos, metodologías y procesos organizativos, sin obligar a comportamientos específicos por parte de los usuarios que exigen un entrenamiento previo
  • asume en su seno la dicotomía de ágil contra predictivo
  • permite gestionar operaciones además de los propios proyectos
  • es capaz de coexistir con el uso intensivo de otros productos en áreas ligadas de core business
  • consigue multiplicar su valor a partir de la aparición vírica en otros entornos de software (el fenómeno de apps e integraciones)

En el caso de ITM Platform, por ejemplo, sus características resilientes incluyen por lo menos los siguientes factores:

  • ITM Platform es una herramienta muy útil para gestores de proyectos expertos, porque acoge en su seno la mayor parte de los aspectos que se deben considerar en la integración de proyectos. Sin embargo, no exige conocimientos especializados, hasta el punto de que tiene una excelente acogida en organizaciones que están dando los primeros pasos en su orientación a proyectos.
  • En lugar de cubrir un nicho muy específico, ITM Platform ofrece una combinación competitiva de prestaciones completas pero de fácil uso. No es necesario aprovechar todo lo que puede hacer la máquina para echar a andar.
  • En cuanto a la experiencia de usuario, los menús de navegación optan por la máxima visibilidad de las prestaciones, en lugar de exigir un conocimiento muy exacto de las rutas de
  • Existen múltiples vías de acceso para las funciones más esenciales

Estos puntos son tan solo un ejemplo de por qué considero que la resiliencia es un principio muy valioso para evaluar la facilidad de mantener el uso de un software cuando cambian (como seguramente cambiarán) las circunstancias, las motivaciones para utilizar el software y la convivencia con otros sistemas de información empresarial.

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