empresario multitarea. talentoso hombre gracioso con seis manos. altavoz, idea, café, taza de oro, engranaje y smartphone.1. Diseño organizativo

El diseño organizativo es una metodología que tiene en cuenta las distintas áreas de un proyecto que pueden resultar problemáticas: work-flow, estructura, sistemas, roles y responsabilidades, alineándolos de nuevo de la mejor manera posible para conseguir los objetivos del proyectos.

Hay 3 tipos básicos de estructura: funcional, de proyecto y de matriz.

 

 

2. Negociación

La negociación es el arte de conseguir el máximo beneficio de una transacción, pero dejando a todas las partes negociadoras suficientemente satisfechas como para que las relaciones sigan funcionando.

Las negociaciones ocurren constantemente. Un buen negociador no solo sabe lo que necesita, sino también cómo conseguirlo, tanto internamente como fuera de la organización. Por eso, la negociación es una competencia enormemente ventajosa para un director de proyectos.

Mientras que los tratos con proveedores suelen involucrar negociaciones formales, son mucho más frecuentes las negociaciones informales para resolver conflictos internos o para obtener más recursos. En todas ellas se dirime el futuro del proyecto y su calidad.

3. Gestión del valor

La gestión del valor es un tipo de actividad estructurada que permite encontrar el punto de equilibrio entre los beneficios, los costes y los riesgos del proyecto. Consiste en las siguientes técnicas:

  • La ingeniería de valor es una filosofía de gestión que guía el diseño del proyecto con el uso de técnicas probadas en las fases formativas del proyecto.

  • El análisis del valor consiste en la introducción de técnicas semejantes un productos, procesos u organizaciones ya existentes.

4. Relaciones Industriales

Lejos de ser un concepto de Relaciones Públicas, las Relaciones Industriales abarcan un amplio rango de funciones relacionadas con la gestión de los trabajadores. Por supuesto, exigen un conocimiento profundo y experiencia personal en el Sistema jurídico, la cultura laboral y las negociaciones con los sindicatos, por ejemplo.

Esta competencia, relacionada a menudo con la prevención de riesgos laborales, es muy recomendable en cualquier gestor de proyectos que quiera contribuir a una cultura de trabajo positiva y segura.

5. Control de variaciones

Tradicionalmente, los proyectos se han considerado procesos predictivos. Como consecuencia, las diferencias entre proyectos (las variaciones) también debían de serlo. Y eso pasa por gestionarlas científicamente.

Con el fin de incorporar la gestión de la variación, es necesario documentar los sistemas y procesos que se hayan establecido. Una vez implementados estos pasos, controlar las variaciones sobre los procedimientos se convierte en una cuestión operativa.

Esta práctica también se conoce como Control del Cambio, y pasa por considerer las variables principales del proyecto: alcance, especificación, costes y calendario.

6. Gestión de conflictos

Aunque se trate de una competencia blanda, tiene una importancia imperativa a la hora de definer el éxito de un director de proyectos.

La resolución de conflictos es un proceso por el cual se identifican y tratan diferencias que, de ser ignoradas, podrían afectar a las metas de la organización.

¡Todos sabemos lo caro que puede resultar el estallido de un conflicto! Aumenta la incertidumbre, perjudica la motivación y la harmonía a largo plazo del equipo.

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estación de tren de la ciudad elevadaExisten múltiples ejemplos en el ámbito de la construcción que las infraestructuras públicas en los cuales el costo final ha superado con creces el presupuesto inicial.

Sin ánimo de resultar incisivo sobre el autor, vamos a comentar algunos de los casos más llamativos del autor español Santiago Calatrava y como una adecuada gestión de proyectos podría haber solucionado los problemas presupuestarios derivados de una administración inadecuada de los recursos.

Santiago Calatrava es un arquitecto español nacido a principios de los años 50 en la ciudad de Valencia. Sus principales obras son grandes estructuras urbanas que redefinen el paisaje y el entorno de la ciudad. Al principio, comenzó cosechando mucho éxito en España, concretamente en su ciudad natal, Valencia, pero posteriormente sus obras se han extendido grandes ciudades europeas y de otras partes del mundo.

Como consecuencia de su brillante carrera, ha recibido galardones de relevancia internacional como el Premio Príncipe de Asturias (en 1999) o el Premio Nacional de Arquitectura (en 2005).

Sin embargo, su carrera también se ha visto salpicada de mediáticas polémicas relacionadas con la escasa funcionalidad y elevado sobrecoste de sus construcciones. Repasaremos algunos ejemplos

Estación en la zona cero (Nueva York)

Tras los fatídicos atentados del 11 de septiembre de 2001, el Ayuntamiento de Nueva York y de Nueva Jersey deseaban construir un nuevo intercambiador de trenes en la zona cero.

La idea original de realizar un proyecto que evocara las alas de un ave Fénix. De la misma forma que esta ave resurge de sus cenizas, la ciudad de Nueva York en particular y los Estados Unidos en general serían capaces de resurgir del daño personal e institucional producido por los atentados.

Originalmente, el arquitecto valenciano presentó un proyecto estimado en 1,8 billones de dólares.  Tras una serie de prórrogas y sobrecostes, la construcción terminó considerablemente más tarde de lo planificado y con un sobrecoste que prácticamente duplica a las previsiones originales.

Por su coste final, se ganado el “honroso” título de ser la estación más cara del mundo. En comparación con la famosa estación de Nueva York Gran Central Station, observamos que, tras coger el presupuesto original de esta estación y ajustado por la inflación producida en los años desde su construcción, la estación de Calatrava tiene el doble de coste.

Por otro lado, si comparamos con otras infraestructuras públicas, como el puente de George Washington, conocido por ser el puente que más personas y vehículos atraviesan en el mundo, vemos que presentó un sobrecoste de aproximadamente cuatro veces más. Por supuesto, para estos cálculos que se ha corregido el costo del puente por la inflación de los últimos años.

Se podría argumentar que un costo superior podría estar justificado por una utilidad mayor o la espera de una obtención de un rendimiento económico más elevado con su uso. Analizando el caso concreto, la estación de New York construida por Calatrava tampoco cumple estos criterios.

Por la estación de Calatrava se produce el paso diario aproximadamente 42.000 pasajeros, que contrastan con los 208.000 que transitan por la estación Gran Central.

Si ajustamos esto teniendo cuenta el dato utilizado anteriormente de que el coste económico de la estación de Calatrava es del doble, esto significa que el coste diario por pasajero acaba siendo de aproximadamente 10 veces más.

En definitiva, se trata de un proyecto que, pese a arrojar como resultado un monumento espectacular, no ha conseguido satisfacer las necesidades de los clientes y tampoco ha respetado los presupuestos originales.

Otros monumentos de Calatrava con problemas similares

Aunque las obras de Calatrava se encuentran extendidas por todo lo largo y ancho del mundo, algunas de las obras más representativas a nivel nacional e internacional y que han presentado problemas de gestión similares a los de la estación de Nueva York, son las siguientes:

  • El palacio de las artes Reina Sofía y el Ágora de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Las construcciones, actualmente parte del paisaje de la ciudad de Valencia, implicaron un importante sobrecoste con respecto al presupuesto original y en el momento actual, además tienen serios problemas de mantenimiento.

  • Puente Zubizuri (Bilbao), puente de Vistabella (Murcia), puente del Alamillo (Sevilla), puente colgante (Jerusalén) y algunos otros. Todos estos puentes han presentado problemas poco después de su construcción. En algunos de ellos, estos afectaban a la estabilidad de las estructuras, con lo cual ha sido necesario introducir componentes que no se encontraban en los planos originales. En otros casos, el problema radicaba en la utilidad práctica. Por ejemplo, los suelos se habían construido de cristal, con el consiguiente riesgo de resbalones para los viandantes. Tras algunas denuncias por parte de estos, la solución habitual establecida por los ayuntamientos ha sido cubrirlos con alfombras, lo cual vuelve a incrementar el costo del proyecto y además resta belleza estética al resultado.

  • Obelisco de la Caja en plaza Castilla (Madrid). Este monumento, encargado por Caja Madrid para celebrar el 300 aniversario de su fundación. Estaba diseñado originalmente para encontrarse en movimiento. Apenas dos días después de su inauguración, el mecanismo comenzó a fallar, por lo que tuvo que ser detenido. Desde entonces, se encuentra parado.

¿Cómo resolver estos problemas mediante gestión de proyectos?

Una adecuada gestión de proyectos tiene mucho que aportar en casos como estos. Algunas de las tareas que puede realizar un equipo humano especializado en proyectos mediante los sistemas adecuados son:

  • Elaborar un presupuesto realista, que permita satisfacer las necesidades del proyecto sin sobrecostes.

  • Realizar proyectos útiles para el resultado final previsto. Es decir, sincronizar la complejidad del proyecto a sus necesidades reales. La correcta alineación entre el proyecto y las necesidades de los clientes es lo que garantiza su satisfacción final y permite entra en el presupuesto en aquellas cuestiones que van a suponer un valor añadido de cara a la satisfacción de los clientes.

  • Realizar mediciones constantes del estado presupuestario, para garantizar que, a lo largo de la evolución del proyecto, se sigue respetando. En caso de que no sea así, detectar las desviaciones precozmente permitirá tomar las medidas correctoras adecuadas.

  • Conseguir que un proyecto tenga el alcance deseado no sólo en utilidad y funcionalidad, sino en el tiempo. Es decir, seleccionar los materiales y métodos de construcción que permitan obtener un producto satisfactorio para cliente, también en cuanto a su vida útil.

  • Prever posibles dificultades o riesgos que se pueden presentar durante la realización del proyecto, y tomar las medidas necesarias para mitigar sus efectos o buscar alternativas en caso que se presenten.

  • Aportar solidez y fiabilidad para la empresa durante este proyecto y de cara futuros proyectos. Una empresa que cumple su palabra en cuanto a presupuestos y calidad del producto final suministrado tiene garantizada la satisfacción del cliente y la aparición de nuevos clientes que quieren trabajar con ella.

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concepto de diseño de isométrico desarrollo  con servicios de hosting desarrolladores y trabajadores de oficina ocupado en proceso de trabajo elementos decorativos vector ilustración planaLas Project Management Offices, PMO, u Oficinas de Gestión de Proyectos son departamentos que organiza y economizan los recursos mediante el establecimiento de protocolos, documentación y métricas que normalizan, consolidan y centralizan la gestión de los proyectos.

El paso de poner en marcha una PMO toma impulso de un diagnóstico negativo que reconoce la insuficiencia de las actuales capacidades de gestión de proyecto: con lo que hay, no se da abasto. Sin embargo, no existen recomendaciones únicas para gestionar ese cambio de manera efectiva. La meta de una PMO depende enormemente del contexto de cada organización y de factores tan variados como el sector económico, el tamaño de la organización y la capacitación en gestión de proyectos del personal.

Pero todavía queda el factor más importante: la PMO tendrá que dar respuesta a lo que esté fallando. Como es natural, las deficiencias cambiarán en cada coyuntura. Y las soluciones no pueden ser únicas.

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A pesar de lo arriesgado de ofrecer recomendaciones en un asunto tan coyuntural, una tipología ya clásica de las distintas formas de PMO es la que ofrecieron William Casey y Wendi Peck en 2001, en el artículo “Choosing the right PMO setup”. Casey y Peck comienzan por reconocer que, aunque el comodín de la PMO se emplea a menudo como una panacea, no existe una medicina universal.

Su tipología se basa en tres metáforas: la PMO puede ser una “estación meteorológica”, una “torre de control” o una “fuente de recursos”.

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Tipo 1.- La PMO “estación meteorológica”

Sigue leyendo sobre la PMO como estación meteorológica en este artículo:

La PMO de soporte: oficinas de proyectos "meteorológicas"

En ocasiones, los clientes sienten que se encuentran poco informados acerca de lo que está sucediendo en el proyecto. Su percepción es qué están invirtiendo un tiempo, un dinero y unas esperanzas en los resultados de los que no tienen información detallada.

Otra posibilidad es que hayan encargado varios proyectos simultáneamente y estén recibiendo información diferente sobre los progresos en cada uno de ellos.

La solución a este problema es poner en marcha una PMO cuya misión sea facilitar información objetiva, bien estructurada y comparable. Al proporcionar plantillas para los informes, los contenidos se presentan de forma homogénea y previsible, permitiendo consumir la información con mayor eficiencia.

Algunas de las preguntas de los clientes que este tipo de PMO debe responder son:

  • ¿Cuál es el estado actual del proyecto? ¿Qué grado de cumplimiento de los objetivos iniciales se ha alcanzado ya?
  • ¿En qué se ha invertido o a qué se ha dedicado concretamente el capital aportado? ¿El presupuesto previsto es suficiente? ¿Cuánto del total presupuestado inicialmente se ha gastado ya en este momento?
  • ¿Cuáles son los principales riesgos o problemas que se pueden presentar durante la ejecución del proyecto?

Sin embargo, estas PMO son meramente informativas, lo cual quiere decir que no tienen competencias para coordinar ni autoridad suficiente para tomar decisiones y mejorar proyectos.

Si se desea que sea la propia PMO la que solucione los problemas del proyecto, se deberá optar por otro modelo.

Tipo 2.- La PMO “torre de control”

Sigue leyendo:

Cómo apoyar tus proyectos sin ahogarlos: la PMO como una torre de control

Este tipo de PMO puede utilizarse en combinación con la anteriormente descrita. De hecho, se trata de un complemento adecuado si se desea que la monitorización de proyectos y detección de problemas realizada mediante la PMO tipo “estación meteorológica” implique la adopción de medidas correctoras para garantizar que el proyecto se ajusta a unos estándares establecidos.

Las funciones de este tipo de PMO son:

1.- Establecimiento de estándares para la gestión de proyectos. Los estándares sirven como referencia metodológica a la que los gestores de proyecto deben adaptarse lo más posible, teniendo también un cierto grado de flexibilidad que permita responder en tiempo real a los cambios que puedan suceder en el mercado o en el contexto socioeconómico. El establecimiento de los estándares también comprende los siguientes aspectos:

  • Establecer el nivel de riesgo deseado y los aspectos en los que se desea asumir.
  • La organización del personal encargado de realizar el proyecto y la distribución de las tareas.
  • Los canales de comunicación y de información que mantendrán actualizado al equipo, a la dirección y a los clientes.

2.- Decisión de las metodologías para la medición y análisis de los resultados alcanzados por el proyecto. Se deben establecer sistemas cuantitativos que permitan monitorizar el avance del proyecto en tiempo real para detectar carencias y poder tomar medidas correctoras que minimicen el impacto final de las desviaciones en el plan inicial.

3.- Cumplimiento y elevación de los estándares. La aplicación de leves y constantes medidas correctoras permite ajustarse al plan inicial y cumplir con los estándares establecidos. Dependiendo de la madurez de la PMO y del grado de cumplimiento de la organización, puede ser importante también revisar los estándares con nuevos aspectos.

Como es lógico, cuando el grado de cumplimiento es bajo, puede ser interesante revisar los estándares “a la baja” para acercarlos a las posibilidades reales de los equipos.

Tipo 3: La PMO “fuente de recursos”

Sigue leyendo sobre este tipo de PMO:

Convierte tu PMO en una fuente de recursos

Este tercer tipo puede darse en empresas de tamaño muy elevado, donde se exige un grado de especialización máximo y se pueden movilizar recursos humanos a nuevos proyectos con relativa facilidad.

En este contexto, es factible que los gestores de proyecto designados para ejecutar un proyecto no tenga el perfil deseado. La solución es acudir a algún lugar donde se organice a los Project Managers como si se tratara de productos en un catálogo. Cuando se desee un Project Manager experto en un determinado campo de conocimiento, un sector de mercado, etc. se deberá acudir al “almacén” de Project Managers específico, pues éste garantiza que su formación y experiencia se ajuste a la calidad deseada y, por tanto, supone una garantía para el desarrollo del proyecto.

Este tipo de interpretación de la PMO no garantiza que se realicen los proyectos adecuados o que se realicen de la forma idónea; solamente que los Project Managers elegidos sean los más idóneos para el proyecto. Se trata de un buen pilar sobre el que sostener el éxito, que deberá además apoyarse en otros factores como una buena comunicación con ellos, una plantilla capacitada y motivada, etc.

Una vez seleccionado adecuadamente el Project Manager, se le debe dejar la libertad suficiente como para que realice su trabajo de la manera que considere adecuada.

Entonces, ¿Cuál es el mejor tipo de PMO?

Tal y como se explicó al principio del artículo, cada empresa y cada proyecto tienen unos objetivos y unas aspiraciones diferentes. En función del estado de maduración de una empresa, de su alcance o de sus necesidades, deberá acudir en mayor o menor medida a cada uno de los tipos de PMO.

 

Juan Delgado
Blogger ITM Platform

 

Este es el primero artículo de una serie dedicada a las PMO. Los próximos tres artículos estarán dedicados a cada uno de los modelos de PMO explicados en este texto.

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Un hombre está controlando una máquina La gestión de riesgos tiene un lugar específico en los protocolos y modelos de gestión de riesgos. En este artículo, repasamos las seis fases en las que PMBOK descompone el trabajo de todo gestor de riesgos: Planificación, identificación, análisis cualitativo, análisis cuantitativo, planificación de la respuesta y monitorización.

En definitiva, un gestor de riesgos debe llevar las riendas del proceso de control del riesgo con un plan detallado; averiguar cuáles son los riesgos apoyándose en los miembros de su equipo y en las distintas unidades de la organización; evaluar los riesgos desde una perspectiva holística; crear planes de acción para reaccionar a cada uno de los riesgos en el caso de que ocurran; y realizar un seguimiento continuo que permita mejorar lo planuificado.

Planificación de la gestión de riesgos

Al igual que cualquier otro aspecto relacionado con la gestión de proyectos, la prevención de riesgos y la organización de la respuesta si llegan a ocurrir deben estar sometidos a una planificación estricta. Como la gestión del riesgo tiene un carácter iterativo, la fase de planificación se debe revisar tras cada ciclo.

Específicamente, en este momento se trata de tomar una serie de decisiones que afectarán de forma esencial a los cinco momentos posteriores. Escoger metodologías, asignar roles y responsabilidades, definir tipos y categorías de riesgos o distribuir recursos son algunas de las áreas fundamentales que se deciden en esta etapa.

Identificación de riesgos

Consiste en determinar aquellos riesgos que pueden afectar al desarrollo del proyecto e informarse acerca de sus características. El peor riesgo es aquel que no se identifica, dado que si se sabe de su existencia se pueden tomar las medidas necesarias para que no influya en el proyecto o incluso poder sacar partido de él. Por ello, se los debe conocer,  así no ignorarlos, sino controlarlos.

Para la identificación de riesgos se puede acudir a múltiples sistemas.

Uno de ellos es recurrir a antecedentes similares, tanto en nuestra empresa como en otras empresas  que se asemejen por su actividad o por su alcance.

Otra posibilidad es utilizar herramientas de análisis específicas (diagrama de Ishikawa, diagrama de flujo de sistemas u otros tipos de diagramas especializados) u otros sistemas de análisis estandarizados, como  elDebilidades, Amenazas, Fortalezas, Oportunidades).

Por último, en caso de que las dos posibilidades anteriores no sean factibles, se puede recurrir al juicio de expertos.

Tras la identificación, es importante proceder a clasificar los riesgos que se han detectado. Para ello se pueden definir distintos sistemas de clasificación de los riesgos en categorías tanto por el tipo de riesgo (técnico, externo, de organización, de gestión, etc. ), por la influencia sobre el proyecto (riesgos de leve, moderado o severo impacto sobre el proyecto) o la probabilidad de que se presenten (riesgos de baja, intermedia o elevada probabilidad).

Realización de análisis cualitativos

Dado que no se trata de un análisis que se caracterice por su precisión, se reserva para realizarlo en un primer tiempo y a modo de filtro. Por su relativa sencillez y rapidez para la obtención de una respuesta, si el proyecto o la acción a emprender superan esta criba inicial se les somete a un análisis cuantitativo, más complejo y avanzado..

Este tipo de análisis también se utiliza en aquellos riesgos que presentan inmediatez en el tiempo. La urgencia lleva a realizar un análisis que, pese a no ser el mejor en términos absolutos, sí lo es para el tiempo del que se dispone.

Los resultados de este análisis se deben plasmar en una matriz de evaluación de riesgos.

Realización de análisis cuantitativos

Se trata de los sistemas de análisis de riesgo más completos, pero también los más complejos y que consumen una mayor cantidad de tiempo.

Para realizarlos, se recurre a sistemas específicos de análisis cuantitativo de riesgos, como pueden ser simulaciones matemáticas, entre las que destaca la de Montecarlo.

Una posibilidad más sencilla es recurrir a un árbol de decisiones en el cual se ilustren numéricamente los parámetros derivados de escoger cada una de ellas.

En el caso de que no existan criterios objetivos para cuantificar los riesgos, se puede recurrir a expertos en la materia para que realicen una valoración.

En condiciones ideales, los expertos deberían ser ajenos al proyecto y, por tanto, no presentar conflictos de intereses. Además, para evitar sesgos, deberían realizar la evaluación de manera ciega y sin conocer las valoraciones realizadas por los demás expertos.

Existen diferencias entre este punto y la valoración de expertos en el análisis cualitativo. Mientras que en el caso anterior, los expertos estiman la importancia relativa entre distintos tipos de riesgos con el objetivo de centrarse en los más importantes, en el caso cuantitativo los expertos, aun no disponiendo de datos reales,, suministran estimaciones lo más realistas posibles en base a su experiencia y a los resultados de otros proyectos que hayan liderado anteriormente.

Planificación de la respuesta ante el riesgo

Cuando una amenaza se verifica, la reacción debe estar previamente planificada y procedimentada.

Trazar planes de acción ante la presencia de riesgos, permite concentrarse en la prevención, para evitar su aparición; transferirlos a agentes externos o mitigar sus efectos, en el caso de que finalmente ocurran. Cuando los riesgos no se puedan evitar, lo cual debe ser solo justificable en el caso de que el control de las circunstancias esté fuera de nuestro alcance, se deben elaborar planes de contingencia que permitan una actuación coordinada y correcta.

Monitorización de los riesgos

Para poder prever la aparición de un riesgo es necesario conocer signos de alarma que permitan anticiparse a él. Si esto no es posible, al menos, se deben poseer mecanismos de monitorización de los proyectos con los que se pueda conseguir detectar un riesgo en el mismo momento en el que se presenta.

La finalidad de estos sistemas es poner en práctica las actitudes previstas para enfrentarse a un riesgo o los planes de contingencia establecidos en el momento adecuado: antes de que el riesgo haya influido de manera significativa en el proyecto.

Además, la propia monitorización de la reacción ante los riesgos y de la ocurrencia de los mismos puede permitir, a posteriori, mejorar las medidas de prevención, reducir los tiempos y aumentar la efectividad de la reacción.

 

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Personas conectadas a través de sus laptops, tablets, computadoras. Redes sociales: Follow, Share, Like, TweetLas redes sociales han entrado en nuestras vidas. Y han venido para quedarse.

Del mismo modo que poco más de una década Internet se popularizó y actualmente no podríamos vivir sin él, las redes sociales desde hace unos años han ganado importancia en nuestra vida y en el mundo de los negocios.

Actualmente, es impensable que una empresa no tenga presencia en Internet o en las principales redes sociales.

La gestión de proyectos no es ajena a estos cambios. En los últimos años han surgido nuevos modelos de gestión de proyectos que utilizan las redes sociales.

En un primer momento surgió la gestión de proyectos 2.0, más conocida por su referencia en inglés: PM 2.0. Consiste en el uso de las tecnologías de la web 2.0, por ejemplo blogs, para la colaboración abierta y online de los equipos integrados en un proyecto.

Un concepto más moderno es el de Social Project Management. En este caso, existe una integración mucho más profunda con las redes sociales. Se trata de una manera de entender la interacción entre la gestión de proyectos y las redes sociales que busca obtener el máximo partido que esta nueva forma de comunicación puede aportar al mundo de la gestión empresarial.

Veamos cuáles son sus principales aportaciones

Integración con la comunidad

El proyecto tiene como resultado la consecución de un producto o de un servicio. Posteriormente, éste tendrá que participar en el mercado y satisfacer las necesidades de los clientes.

Un proyecto cerrado contará únicamente con las opiniones y aportaciones de los miembros que integran el equipo. Sin embargo, quedará cerrado a la comunidad de Internet, que es una muestra muy amplia y representativa del mercado global en el que posteriormente deberá integrarse el producto.

Por tanto, utilizar las redes sociales permitirá aportaciones colaborativas de individuos ajenos al equipo, muy probablemente potenciales clientes, por lo que será posible conocer su grado de satisfacción con el producto antes de lanzarlo al mercado.

Esto permitirá anticiparse a las necesidades que en éste se puedan presentar y adaptar dinámicamente el proyecto para que el producto satisfaga lo más posible al máximo número de clientes en el momento de su lanzamiento.

Visibilidad

Contar con la colaboración de los usuarios de las redes sociales no solamente enriquecerá el proyecto, sino que lo dará a conocer. La comunidad de Internet se sentirá parte del equipo en tanto que ha puesto su grano de arena en su realización. Realmente, son los propios clientes los que han diseñado el producto para que satisfaga sus necesidades.

Durante el proceso, han intercambiado información en las redes sociales, de manera pública, visible a todo el mundo y, por tanto, han constituido un nuevo canal publicitario.

Además, haber podido colaborar y sentirse parte del proyecto es una potente herramienta publicitaria. Los clientes pueden sentir que el producto forma parte de sus vidas incluso antes de que éste llegue al mercado.

Cercanía

Realizar un proyecto de manera abierta en las redes sociales te acerca a los clientes. La tecnología ha añadido un cierto punto de deshumanización a las relaciones en las empresas y también entre éstos y sus clientes.

Las redes sociales son la solución para recuperar el trato directo a través de las propias tecnologías. Incluso para conseguir contactar con personas con las que antes era imposible.

Las redes sociales te permitirán mostrar al lado más humano de tu empresa y conocer de manera íntima a tus clientes. Quizá en persona no se atrevan a decir todo lo que opinan de tu producto o no se molesten en responder a encuestas realizadas a pie de calle o por teléfono. Sin embargo, las redes sociales rompen todas las barreras y permiten una comunicación fluida entre las empresas y los consumidores.

Diversidad

Las redes sociales son una herramienta útil independientemente del tamaño de tu empresa o del tipo de proyecto que desees llevar a cabo.

En cualquier caso, las redes sociales aportan valor añadido tu empresa. Si es pequeña, tendrá menos seguidores e interacción en las redes sociales, pero tendrá tanta cabida y posibilidades de crecimiento como una multinacional.

De hecho, podrás interactuar con empresas líderes en tu sector o de otros ámbitos, consiguiendo una comunicación útil que redundará en beneficio mutuo.

Por todas estas razones, las redes sociales constituyen una herramienta más para incorporar a las estrategias de marketing y de gestión de proyectos. Y cada día son más importantes y cruciales para el éxito.

De hecho, han surgido nuevas estrategias de marketing basadas en el uso de las redes sociales. Un ejemplo constituye el conocido como embudo de marketing.

Por todo ello, las redes sociales son cada día más empleadas en el ámbito empresarial. ¿A qué esperas para utilizarlas?

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Juan Delgado Moraleda

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