Cuando una organización deja de tener visibilidad sobre sus proyectos, la planificación de recursos se convierte en ineficiente o cuando los resultados denuncian una falta de metodología, es un buen momento para plantearse la necesidad de una oficina de proyectos (PMO). Sin embargo, sólo el 40% de los proyectos cumplen con el “triángulo de acero”: calendario, presupuesto y calidad. En este artículo vamos a repasar las características clave de ese 40% y el diagnóstico previo que le pondrá en la buena dirección.

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Qué es una buena PMO

Independientemente de la naturaleza o el tipo concreto de PMO, existen cuatro factores universales indicativos de la calidad, en cuya excelencia reside la calidad de la oficina de proyectos:

  1. Provee claridad: proporciona información, no arroja datos. Es fuente de transparencia y de análisis inteligente.
  2. Facilita la toma de decisiones: elabora información y moldea procesos dirigidos a la práctica.
  3. Implica a las personas de la organización: activa positivamente a todos los implicados en proyectos hacia la consecución de los objetivos y los beneficios de los proyectos: formando, dirigiendo e ilusionando a las personas.
  4. Sus objetivos y los beneficios esperados son públicos y compartidos. La mayor dificultad a la que se enfrentan generalmente las PMO es la aceptación por parte de la organización. Compartir la visión es siempre un buen comienzo

 

Cuatro preguntas para imaginar el futuro de nuestra PMO

  1. ¿Qué proyectos debemos perseguir? Es decir, ¿cuáles son los proyectos que nos llevan de la manera más eficaz a nuestros objetivos como organización?
  2. ¿Qué proyectos debemos empezar? De todas las propuestas de proyecto listas para ser iniciadas, ¿cuáles conviene empezar en un momento determinado por el tipo de dependencias que establecen con otros proyectos y la relación de los recursos que utilizan con los recursos actualmente comprometidos?
  3. ¿Qué proyectos debemos continuar? De los proyectos ya iniciados, ¿cuáles están cumpliendo con lo pronosticado, de acuerdo con los indicadores establecidos? ¿Cuáles de los que no están cumpliendo merecen continuar?
  4. ¿Qué proyectos debemos desechar? De acuerdo con la consideración anterior, ¿qué proyectos no vale la pena continuar porque los recursos pueden verse mejor utilizados de otra manera para alcanzar nuestros objetivos? Para responder a estas preguntas, la PMO conecta la estrategia de la organización con metodologías de gestión de portfolio de proyectos (PPM) que ofrece información en tiempo real sobre los proyectos en marcha.

 

Diseñar los beneficios que debe aportar la PMO

Las siguientes son las áreas de aportación de valor de una PMO:

  1. Gobierno
  2. Organización
  3. Planificación
  4. Gestión de costes
  5. Gestión de beneficios
  6. Gestión de riesgos
  7. Informes
  8. Calidad
  9. Control de cambios
  10. Gestión de recursos
  11. Gestión de la comunicación
  12. Gestión de las compras y aprovisionamiento
  13. Gestión de la documentación

En función del tipo de PMO vayamos a implantar, habrá que poner más o menos acento en un punto u otro. Por ejemplo, una PMO estratégica pondrá más foco en las áreas de Gobierno, Organización y Planificación. Otra más orientada a procesos, probablemente podrá mayor atención en la Documentación, Control de cambios o Gestión de la calidad.

Al diseñar una PMO resulta imprescindible entender qué modelo aportará más al negocio y a sus clientes.

La hoja de ruta El proceso de diseño e implementación de una PMO debe considerar un tempo que asegure que no se va a adelantar a la madurez de la propia organización, abordando todas las fases al mismo tiempo.

Planifique un despliegue temporal que construya sobre la base de capas previamente consolidadas.

Para crear una hoja de ruta consistente, es preciso considerar:

  • La madurez organizativa actual.
  • La situación a la que el comité de dirección quiere llegar.
  • Los medios disponibles.
  • Los factores ambientales que afecten positiva o negativamente.

Con estos grandes parámetros, sabemos de dónde partimos, dónde queremos llegar, de qué disponemos y cuál es la velocidad de crucero que nos podemos permitir.

Desde 2008, la tasa de fracasos en la implementación de PMO es superior al 50%. Por lo tanto, es crucial averiguar qué tipo de PMO  es el más adecuado para tu organización. De hecho, no existe una solución de "talla única".

Una PMO efectiva es aquella que satisface las demandas de hoy y se adapta a las que puedan surgir mañana.

Para definir la misión y la función de nuestra PMO, debemos considerar los modelos estándar que se ofrecen y evaluarlos en función de las necesidades únicas de nuestro negocio. De esa manera podemos determinar qué tipo de PMO se adapta mejor a nuestra realidad.

 

Porque no todas las organizaciones son iguales, el proceso de diseño de una oficina de proyectos no dará como resultado dos veces el mismo resultado

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2 tipos de PMO

En el eBook Hoja de Ruta para definir tu propia oficina de gestión de proyectos se describen los tipos estándar de PMO comúnmente aceptadas: “estación meteorológica”, “torre de control”, “fuente de recursos”.
En este articulo no haremos referencia a estos tipos, sino más bien a la generalización que determina su carácter estratégico o bien su carácter táctico.

  • Una PMO estratégica es capaz de determinar cómo habilita cada proyecto la puesta en marcha de la estrategia corporativa.
  • Una PMO operativa o una PMO táctica pondrá más foco en el éxito individual de sus encargos.

Existen variables que ayudan a determinar la conveniencia de optar por un tipo u otro: la madurez organizativa, la naturaleza de negocio y el modelo de dirección.

 

3 variables para ayudarte a determinar qué tipo seleccionar

 

1. La madurez de la organización 

Una organización madura dispone de procesos claros y asentados, ejecutados por personas formadas en ellos y sujeta a un ciclo de mejora continua.
Una madurez alta favorecerá la implantación exitosa de una PMO estratégica, mientras una organización de madurez baja se verá beneficiada de una PMO operativa o táctica.

2. La naturaleza del negocio

La práctica totalidad de las organizaciones gestionan proyectos, lo sepan o no. Pero también es cierto que la naturaleza del negocio hace que sea más o menos sensible a la eficiencia de la gestión de su portafolio de proyectos.
Cuanto mayor sea el impacto directo de los proyectos en el resultado de negocio, más sentido tendrá diseñar una PMO estratégica.
Por ejemplo, una organización que haya decidido abordar su crecimiento a través de proyectos de transformación multidepartamentales, obtendrá más beneficios de una PMO estratégica que otra cuyas iniciativas sean más estancas.

3. El modelo de dirección 

Si el modelo de dirección es por proyectos en lugar de –o en combinación con otros modelos como la dirección por objetivos, tendrá sentido que la PMO sea estratégica, puesto que en el modelo está implícita la relevancia de los proyectos al máximo nivel.
En definitiva, si la alta dirección está próxima a la definición y seguimientos de los proyectos, constituye en sí mismo una habilitación estratégica de la oficina de proyectos. Por el contrario, una distancia mayor de la dirección a la vida de la cartera de proyectos implica menor reconocimiento de su importancia, motivo por el cual una PMO operativa o táctica será más acertado.

 

¿La PMO tiene el poder de “matar” proyectos?

En una PMO estratégica 

Si la PMO tiene el poder de “matar” proyectos, entonces será de naturaleza estratégica. Esto significa que la PMO

  1. Comprende el sentido de negocio
  2. Es consciente de los recursos que está consumiendo y
  3. Comprende el valor que aporta cada proyecto.

En definitiva, tiene toda la información para tomar decisiones autorizadas.

En una PMO operativa

Si no fuera el caso, entonces la PMO tendrá que ser operativa (gestiona directamente programas, reporta y tutela a los jefes de proyecto) o bien táctica (administra los instrumentos empleados en la gestión de proyectos, como metodologías o recursos).

Los tipos de PMO no son incrementales, y no necesariamente uno es más complejo que otro, simplemente atienden a necesidades diferentes.