Estructura organizacional de NASA

Pese a sus notables peculiaridades, la "Organización Nacional para el Espacio" estadounidense tenía en sus inicios una clara estructura funcional

Las estructuras organizacionales son uno de los elementos que se deben tener en cuenta a la hora de gestionar un proyecto, ya que es un factor que puede afectar de forma muy significativa a la disponibilidad de recursos e influir de forma determinante en el modo de dirigir los proyectos.

Aunque en la práctica cada empresa se organiza de una forma completamente distinta, se suelen distinguir tres tipos de estructuras organizacionales:

  • La estructura funcional
  • La estructura orientada a proyectos
  • La estructura matricial

 

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La estructura funcional

La estructura funcional es una estructura jerárquica clásica donde cada empleado tiene un superior definido. En el nivel superior la empresa se organiza por las funciones desempeñadas (contabilidad, ingeniería o producción, por ejemplo). Los miembros de la plantilla responden únicamente al superior de su departamento, por lo que busca una línea directa de comunicación entre los niveles inferiores y superiores. Cada área se puede subdividir a su vez en unidades funcionales más específicas. Cada departamento realiza el trabajo y las actividades del proyecto de manera independiente, enmarcando los proyectos dentro de las áreas funcionales de la organización. En este tipo de estructura los proyectos que requieren de varios departamentos suele tener más dificultades para desarrollarse, ya que son transversales a la estructura organizativa.

La estructura orientada a proyectos

En el caso de la estructura orientada a proyectos, la organización cuenta con un equipo dedicado a tiempo completo y un director de proyecto que se sitúa al máximo nivel dentro de la organización. Habitualmente se estructuran también en unidades departamentales; sin embargo todos ellos deben reportar directamente al director de proyecto. Como se puede ver, se trata de una estructura organizativa muy sencilla y con ciertas limitaciones, como la dificultad de transferir conocimientos a través de proyectos.

Estructuras organizacionales: diagrama por proyectos con 3 proyectos organizados jerárquicamente

Ejemplo simplificado de estructura por proyectos

Cuando se adopta, es fundamental contar con algoritmos funcionales que permitan dinamizar las negociaciones entre los proyectos, toda vez que estos competirán habitualmente por determinados recursos financieros y de personal no asignado de forma permanente al proyecto. Un algoritmo funcional de este tipo son las tácticas de priorización de proyectos por escenarios.

La estuctura matricial

La estructura matricial es muy habitual en algunas empresas de servicios y en organizaciones que crecen con rapidez. Mezcla características de organizaciones funcionales y orientadas a proyectos. Se pueden distinguir tres tipos:

Estructuras organizacionales: matriz

La organización matricial combina dos ejes: el funcional (vertical) y el de proyectos (horizontal)

  • Estructura matricial débil: es muy similar a una organización funcional, siendo el papel del director de proyecto más bien de coordinador o facilitador, es decir, hace las veces de ayudante y coordinador, por lo que no puede tomar decisiones de forma personal, pero tiene interlocución con todas las áreas funcionales involucradas en el proyecto.
  • Estructura matricial equilibrada: cuenta con un director de proyecto que tiene una mayor autonomía que en la estructura matricial débil, pero no le confiere autoridad plena sobre el proyecto, especialmente sobre su financiamiento.
  • Estructura matricial fuerte: coincide en muchas características con la organización orientada a proyectos, ya que tienen un director de proyecto y un equipo administrativo dedicados a tiempo completo, sin que por ello se modifique la estructura funcional. El director de proyecto posee autoridad plena sobre el mismo y actúa al mismo nivel que los responsables de las áreas funcionales.

Se debe evitar prejuzgar cuál de estas estructuras organizacionales es la más adecuada. Es plausible que la gestión de proyectos tenga mayor relevancia en una organización orientada a proyectos. Sin embargo, serán la naturaleza de la actividad que realiza la organización, sus objetivos, su historia y su cultura las que  decidan si es más adecuada una estructura organizativa u otra. Como gestores de proyecto debemos ser capaces de reconocer estas estructuras, saber cuál va a ser la situación del proyecto en cada caso y adaptarnos a esas circunstancias.

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En ocasiones pensamos en las oficinas de proyectos como centros de control de tareas, de horas y de personas. ITM Platform propone una PMO más abierta, distribuida y de generación de valor.

La PMO debe aportar valor “hacia la dirección” con información consolidada y “hacia la organización” con métodos y herramientas

No nos engañemos, el control es importante. Pero existen muchas formas de practicarlo y el control responsable es la mejor de ellas cuando hablamos de gestión de proyectos.
Comúnmente la oficina de proyectos nace en las organizaciones cuando la sensación de descontrol de la alta dirección va en aumento, los costos se disparan y --sobre todo- los plazos se incumplen de forma sistemática. Entonces alguien dice “necesitamos una PMO” cuando realmente piensa “no me fio de mis directores de proyecto y quiero controlarlos”.

Las PMO (Project [Programs and Portfolio] Management Office) suelen pasar por diferentes grados de madurez (recomiendo que vean esta grabación en la que se explican muy bien los distintos tipos de PMO /es/blog/2014/02/21/video-webinar-pmo) pero de forma independiente del momento en que se encuentre la suya, en ITM Platform pensamos que la PMO debe aportar valor “hacia la dirección” con información consolidada y “hacia la organización” con métodos y herramientas.

El valor hacia la direción es fácil de concretar pero no tanto de cumplir: valoraciones económicas realistas, plazos cumplidos, hitos en forma y tiempo, soporte a la toma de decisiones sobre el portfolio.

Fíjense en que algo tan sencillo como un seguimiento del roadmap del portfolio:


un seguimiento del roadmap del portfolio

 

O, ya más avanzado, un cuadro de mando con indicadores de negocio:

presupuesto de los componentes por categoría de objetivos, estimación de esfuerzo, facturación por proveedores, componentes por fecha de vencimiento y presupuesto

La clave para lograr información valiosa y bien consolidada está en, precisamente, ofrecer “hacia abajo” los mecanismos para que cada interviniente (ya sea jefe de proyecto, responsable de una tarea o team member) pueda hacer su trabajo y que esta información unitaria constituya los agregados que más adelante serán clave para disponer de elementos de análisis.

Veamos algunos ejemplos:

1. El control de horas trabajadas

No venda la idea de control de la persona, sino del conjunto de proyectos. Estimar horas y disponer de un reporte de cada miembro le servirá para mejorar sus estimaciones, para balancear la carga de recursos necesaria, para tomar decisiones de subcontratación, mover calendarios y, como no, para saber cómo está avanzando el proyecto en términos económicos.

Recuerde que el valor ganado, por ejemplo, se alimenta en gran medida de las horas reportadas, que son el punto de conexión entre la realidad y el sistema.

gráfico, el control de horas trabajadas

2. Las plantillas de proyectos

Si una PMO puede aportar algo, es experiencia corporativa. Cuando dos proyectos se parezcan, aproveche los elementos que sean comunes a ambos, tales como tareas, documentos, riesgos o personas clave para su éxito.

seleccione el proyecto desde el que quiere copiar

 

3. La comunicación

Una PMO debe facilitar la comunicación entre miembros de proyecto. No canalizarla y convertirse en el cuello de botella, sino más bien poner a disposición de la organización mecanismos inteligentes que permitan que las personas hablen y que este conocimiento sea lo más socializado posible.

enviar mensajes directos

 

4. El seguimiento de progreso

En ITM Platform informar del avance de las tareas y del proyecto se puede hacer a dos niveles: proyecto y tarea. Es decir, un jefe de proyecto puede informar del grado de avance de todas las tareas, de algunas o del proyecto en su conjunto. Un responsable de tareas puede informar del grado de avance de lo que le ha sido encomendado.

¿La clave del éxito de la PMO a este respecto? Que cada cual tome responsabilidad, informe de su trabajo y el sistema automáticamente construirá un mecanismo de seguimiento consolidado.

control de presupuesto ITM Platform

 

En conclusión, a través de este artículo hemos querido mostrar cómo es posible que una PMO ponga foco en las funciones de mayor nivel sin por ello renunciar al orden y el control responsable.

En ITM Platform ponemos la solución técnica. Si necesita ayuda en el modelado o implementación de la PMO, cuente con nuestros partners certificados /es/partners

Comentarios bienvenidos en daniel.piret@itmplatform.com

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cio dilemaUna de la funciones principales del CIO es la de valorar y planificar los proyectos que se van a abordar en un futuro más o menos próximo. Y esto, que para algunos puestos directivos es una labor de reflexión y visión estratégica, para el CIO se convierte además en una prueba de capacidad de consenso y búsqueda de equilibrios.

Supongamos que la organización donde trabaja nuestro CIO es previsora y que comienza la elaboración de presupuestos para el ejercicio siguiente unos meses antes de que este comience. Supongamos además que el CIO, ya dependa del CEO, del CFO o del COO sostiene en su mano izquierda el encargo de confeccionar una lista de proyectos que se abordarán el ejercicio entrante. Además, claro, de valorarla económicamente, planificarla con los recursos de que dispone, alinearla con la estrategia general de compañía, etc.

"Para el CIO se convierte en una prueba de capacidad de consenso y búsqueda de equilibrios"

En su mano derecha tendrá la demanda, que se compondrá de las ideas y necesidades de todos las demás unidades organizativas. También aportará las suyas propias, porque esto de disponer de una butaca con visión transversal da para mucho. Si además tiene la suerte de trabajar en una organización con planificación estratégica, contará con unos criterios que habrá establecido el comité de dirección.

Muchos de ustedes estarán de acuerdo conmigo en que la demanda de las unidades de negocio no suele venir de forma ordenada. Más aun, normalmente lo hace de forma casi inconexa, con ideas que compiten entre sí y a poco que sus patrocinadores vean que sus deseos no van a ser cumplidos, se añade la amenaza de que van a realizar el encargo fuera.

Este panorama, que se repite año tras año, puede verse aliviado o encrudecido dependiendo de factores muy relacionados con la cultura de la organización: las más maduras dispondrán de procesos ordenados y milimétricamente tabulados que harán que este proceso resulte–en teoría- un camino de rosas. Pero seguro que no es el caso del lector ¿verdad?

"La propuesta es vincular al resto del equipo directivo en los criterios de valoración y selección de proyectos"

La propuesta que hacemos en este artículo para sobrevivir a la planificación y los presupuestos, es la de vincular al resto del equipo directivo en los criterios de valoración y selección de proyectos, con objeto de encontrar consenso en las etapas tempranas del proceso.

Básicamente se articula a través de un sistema de ponderación por fases, tratando aislar cada una de ellas hasta que se llegue a unos escenarios de selección. Veámoslo en más detalle

Fase 1. Valorar los objetivos del negocio y ponderarlos

Nada que ver con los proyectos. Simplemente se trata de extraer los objetivos o criterios del plan estratégico y otorgarles pesos.

Existen varios métodos para hacer esto y en este caso hemos elegido la “comparación entre pares”. Aunque bien podríamos haber usado el del “preguntar al jefe” o cualquier otro más ortodoxo

comparacion-entre-pares

Con este método (ya sea ejecutado con un soporte de aplicación o con una hoja de cálculo) obtendremos una valoración de los objetivos, poniendo unos delante de otros, que es lo que al final nos interesa.

Este es el ejemplo resultante de la comparación entre pares anterior.

comparacion-entre-pares2

La clave de este proceso no es tanto la corrección desde un punto de vista del contenido, sino más bien la composición de las personas que realizan esta valoración: para un CIO preocupado por el alineamiento de IT con el negocio y el posterior apoyo de la organización a los proyectos, sería fundamental que este paso lo realice el comité de dirección. De esta forma logrará desvincularse de forma personal de los cimientos de las decisiones venideras.

En grandes organizaciones, este proceso puede repetirse por unidades de negocio que no necesariamente deben priorizar de la misma forma los objetivos ni siquiera tener los mismos.

Fase 2. Valorar los proyectos frente a esos objetivos

Ignorando los resultados de la fase anterior o incluso de forma paralela, el siguiente paso será realizar comparaciones de aportación de valor de cada uno de los proyectos a cada uno de los objetivos de negocio.

En este caso, hemos decidido usar un método cualitativo con Harvey Balls, donde las filas son proyectos y las columnas objetivos. Aquí decimos si el proyecto apoya mucho o poco al objetivo.

valorar-proyectos

Al igual que en el caso de anterior, estas valoraciones ofrecen unas puntuaciones “base 100” para los proyectos. Pero la clave en este caso es que los proyectos no se valoran en relación a sí mismos, sino que se ponderan por la valoración previa de los objetivos.

El resultado sería algo como esto:

valorar-proyectos2

Fase 3. Selección de los proyectos

Ahora será más objetivo y sencillo seleccionar los proyectos que se pueden o no realizar, contando con restricciones de presupuesto y atendiendo a criterios de aportación de valor.

En este ejemplo vemos que el proyecto estrella, el más costoso y el que más valor aporta de forma individual, bien se podría quedar fuera, pues aporta menos (35%) que la suma de otros más modestos (52%) y a un coste sustancialmente menor:

seleccion-proyectos

En conclusión: aportar datos, no intuiciones.

Con un estudio similar, traído como resultado del encargo de realizar presupuestos en proyectos y servicios de IT, la vida del CIO en este aspecto se puede simplificar mucho:

  • Porque ha implicado al resto de directores en las valoraciones, especialmente la de objetivos y criterios.
  • Porque aporta un método científico y profesional como soporte para la toma de decisiones.
  • Porque incentiva que el resto de la organización tenga una visión transversal y objetiva de las iniciativas, además de valorarlas.

Este breve artículo pretende ofrecer una propuesta para enfocar la planificación estratégica de proyectos de una forma sólida y que refuerce el papel del CIO en las organizaciones. Espero que les haya servido y en todo caso los comentarios y sugerencias son muy bienvenidos.

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estrategia-sistemas-informaciónLa estrategia de sistemas de información debe entenderse como un complemento de la del negocio, contribuyendo a través de la mejor aplicación de la tecnología al refuerzo de los fines y de las ventajas competitivas que se persigan. Como toda estrategia, debe identificar las situaciones futuras en las que uno quiere encontrarse (posiblemente marcando una distancia con la situación actual), definiendo un marco en el que encuadrar los objetivos (coherencia) y proyectando, a través de la planificación estratégica, la dirección adecuada de los movimientos que habrán de ejecutarse para alcanzar dichas metas.

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No es infrecuente observar empresas con estrategias comerciales, de producto o de distribución bien pergeñadas que, sin embargo, dejan en segundo plano - o delegada en técnicos - la estrategia de sistemas de información.

Es preciso contemplar el beneficio de disponer de una forma sistemática de planificar estrategias de negocio con los sistemas de información adecuados para soportarlas.

La relevancia de contar con una adecuada estrategia de sistemas de información, es decir, la cuota de preocupaciones que su diseño ocupa en la alta dirección, no debería venir únicamente dada por la representatividad del coste de IT sobre el total de la organización: es preciso contemplar el beneficio de disponer de una forma sistemática de planificar estrategias de negocio con los sistemas de información adecuados para soportarlas.

Conceptualmente una estrategia de sistemas de información se compone, de forma similar a cualquier estrategia de negocio, de una componente externa que mira al mercado y la forma en que va a incorporarse a este y otra interna que adapta su organización y medios para alcanzar sus objetivos.

Desde un punto de vista externo, la estrategia de sistemas de información se puede descomponer en:

  1. Ámbito de la Tecnología. De forma análoga al ámbito empresarial del negocio, en el que se toman decisiones relativas a los productos y servicios que se ofertan al mercado, el ámbito de tecnología versa sobre las tecnologías que son críticas para el desarrollo y consolidación del negocio al que da soporte.
  2. Competencias de la Tecnología. Se trata de aquellos atributos de las TI que contribuyen al desarrollo o consolidación del negocio del mismo modo en que lo hacen las competencias que marcan una diferencia comparativa con la competencia en los productos y servicios que la empresa lanza al mercado. Se trata por ejemplo, de la estabilidad, interconectividad, flexibilidad, etc.

Desde un punto de vista interno, tres principales componentes podrían ser:

  1. Arquitectura de las TI. Agrupa a las configuraciones de hardware, software y de comunicaciones sobre las que se definen políticas, reglas y estándares. Análogamente a la infraestructura del negocio, se trataría de la estructura administrativa.
  2. Procesos de TI. Determinan la cartera de aplicaciones que soportan las operaciones del negocio y corren sobre la arquitectura antes mencionada.
  3. Capacidades de TI, pertenecientes a la contratación, formación y desarrollo de las personas que manejan y operan las TI.

Gráficamente se podrían representar estas equivalencias:

externos y internos estrategías negocio de sistemas
En esta serie de artículos, se trata más el punto de vista externo, es decir, Ámbito y Competencias de la tecnología y de cómo pueden ser dirigidas a través de un modelo de gestión.

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