gestión del dinero

Muchas iniciativas tecnológicas diseñadas para producir el cambio en el interior de las organizaciones no funcionan correctamente cuando se compara el rendimiento obtenido con el que se esperaba conseguir.

Descárgate esta plantilla de experiencia de usuario y asegúrate de que sabes cuáles son las necesidades de tu equipo

 

 

Este fallo en la mayoría de los casos se produce porque, pese a que aparentemente los nuevos sistemas de gestión de proyectos se han implementado, no se ha conseguido cambiar verdaderamente el tejido operativo de la empresa.

La premisa que se asume equivocadamente es “nuestro equipo de trabajo utilizará los nuevos métodos, las nuevas tecnologías, procesos y sistemas de trabajo, a medida que se diseñan o que se les dice que los utilicen”.

La realidad es muy diferente, el hecho de que desde las estructuras corporativas se decida adoptar una nueva metodología de trabajo no significa que se implementen automáticamente en el terreno práctico de cada día. Para que la aplicación se realice de manera correcta, es necesario que exista un proceso de docencia y unos sistemas de control que así lo garanticen.

Sin ellos, el resultado es que pese a que en apariencia se actúa según las nuevas metodologías, en el fondo se sigue actuando según los viejos sistemas, utilizando las nuevas metodologías como un parche para salvar las apariencias. De esta forma, se generan duplicidades que no solamente no incrementan la productividad sino que incluso pueden disminuirla.

Además, en estas situaciones donde no se trabaja con los usuarios de la nueva herramienta para definir exactamente el acoplamiento entre talento y tecnología, es habitual que se dé pie a la práctica conocida como IT shadowing. Cuando un empleado o equipo se enfrenta a un desafío en su trabajo para el que no existe solución tecnológica, buscará soluciones en el mercado y tratará de adoptarlas de forma espontánea. En organizaciones grandes, esto lleva a un claro desgaste en los flujos de trabajo y a la falta de visibilidad sobre el portafolio tecnológico corporativo.

Por ello, al evaluar los resultados obtenidos por la empresa tras la aplicación de las nuevas metodologías de trabajo, es posible que no se obtengan los resultados originalmente esperados. Sin embargo, no es culpa de que las nuevas tecnologías o métodos de trabajo no sean eficientes, sino de que no se han aplicado adecuadamente. A menudo, esto implica una falta de atención a las necesidades específicas de los empleados; a sus modos de uso de la tecnología; y a una falta de interés por identificar las causas de fricción.

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Gestión organizacional del cambio: la pieza que falta al engranaje

La gestión organizacional del cambio es la pieza que falta para que la gestión del cambio se pueda implementar adecuadamente en una empresa. Se encarga de gestionar los cambios en la estructura de una empresa, tanto a nivel de distribución de roles como en el aspecto más cultural y personal, para conseguir implementar con éxito una nueva metodología de trabajo.

Expresado de otra manera, la gestión organizacional del cambio se encarga de la faceta más personal y humana del cambio, que suele implementarse de manera práctica a través de proyectos internos.

Con todo ello, se pretende centrar la atención en lo que se ha demostrado que es la principal causa de fracaso en la implementación de nuevas metodologías. No se trata de problemas tecnológicos o de fallos de software, sino del factor humano: la motivación, las expectativas, la alineación entre necesidades de la organización y necesidades del desempeño diario de los expertos, formación, etcétera.

Sin embargo, actualmente la mayoría de las empresas que pretenden implementar el cambio en sus rutinas de trabajo siguen centrando su atención en otros aspectos y generando algunos mitos como los que se exponen a continuación.

Mito 1.- Cuanta más tecnología, mejor

Indudablemente, la tecnología ha revolucionado nuestras vidas, también el mundo de la empresa. Sin embargo, más sofisticación tecnológica no implica necesariamente mayor productividad ni eficiencia en el trabajo.

Implementadas adecuadamente, las nuevas tecnologías ponen al alcance de los trabajadores infinidad de recursos que les permiten ser más productivos, tanto presencialmente como a distancia, con las nuevas oportunidades que todo esto supone. Además, mejora la comunicación y la coordinación de los grupos de trabajo.

Sin embargo, si no se llevan adecuadamente al terreno práctico pueden suponer una merma en la productividad. Chequear constantemente el correo electrónico y otros sistemas de comunicación, tanto de la empresa como privados (como las redes sociales), hacen perder la concentración, interrumpen las tareas y alargan artificialmente los tiempos de trabajo.

Por otro lado, los cambios tecnológicos requieren de un periodo de adaptación y aprendizaje en el que inevitablemente la productividad será menor, de manera temporal, mientras los trabajadores aprenden a utilizar las nuevas herramientas que tienen a su disposición. Cuanta más sofisticada sea la nueva tecnología que se desea implementar, mayor será la curva de aprendizaje y por tanto el periodo de adaptación durará más tiempo, siendo necesarios también más recursos para la docencia.

Por ello, el objetivo no es buscar el desarrollo tecnológico a toda costa, sino hacerlo a un ritmo y de una manera que resulte asumible por los trabajadores y que aumente al máximo su productividad.

Mito 2.- La gestión del cambio se basa únicamente en una buena comunicación y en la práctica

Por supuesto que una buena comunicación es esencial para una buena implementación del cambio. En general, una buena comunicación es esencial para el buen funcionamiento de cualquier faceta de la empresa.

Del mismo modo, adquirir práctica, entrenarse, ensayar… son aspectos esenciales que ayudan a mejorar en ejecución de cualquier trabajo o tarea.

Sin embargo, la gestión del cambio es algo más complejo y requiere la interacción de otros factores estratégicos y tácticos si desea llegar al éxito deseado.

Así, por ejemplo, es conveniente transformar a los empleados en clientes internos y considerar cuáles son los factores que les llevarán a comprar la tecnología que se les ofrece. A partir de allí, se pueden realizar técnicas clásicas de investigación de mercado, como encuestas, focus groups, o estudios de usabilidad.

Es fundamental que todas estas técnicas se apliquen pronto en el proceso, de manera que la información recabada sirva para estructurar un perfil con requerimientos funcionales acerca de qué tipo de apoyo tecnológico se necesita. Si el focus group se hace a partir de una herramienta ya instaurada podrá servir para constatar por qué hay problemas de adopción – pero se estará generando un coste de oportunidad muy alto que se podría haber evitado al utilizar ese mismo feedback para escoger el tipo de herramienta óptimo para los usuarios.

Mito 3.- Los especialistas en gestión del cambio conseguirán realizar el cambio por ellos mismos

Los especialistas en gestión del cambio son un elemento crucial para conseguirlo. Al fin y al cabo, son los mejores conocedores de las técnicas y los sistemas que permiten llevarlo a cabo de manera eficiente. Sin embargo, para que en una empresa se consigan implementar nuevas metodologías de trabajo con éxito, es necesario que exista voluntad de cambio por parte de todos los estamentos de la propia empresa.

Los directivos de la empresa no pueden confiar en solicitar los servicios de un especialista en gestión del cambio y posteriormente desentenderse. Para que el cambio se consiga implementar de manera eficiente, es necesario que se involucre a todo el personal de la empresa, comenzando por los directivos y dirigiéndose a todos los trabajadores.

Mito 4.- La herramienta es intuititiva, así que se aprende sola

Incluso el programa más sencillo de empezar a utilizar esconde muchos secretos. Pensemos en un editor de textos, con todas las opciones avanzadas para configuración de estilos de párrafo y títulos, indexación o incluso la creación de macros. Para empoderar de verdad al usuario hay que ir más allá de la funcionalidad más inmediata, enseñar qué soluciones existen en el software y aportar documentación para poder recorrer esas soluciones independientemente.

Por ese motivo muchas empresas, obligan a contratar un servicio de asesoramiento y formación inicial que garantice que la nueva herramienta no será una caja negra dentro de la cual nadie mira.

No es de extrañar que nuestro paquete de formación más popular sea el servicio de implementación completo. ¿El motivo? Que está orientado, precisamente, a una gestión del cambio exhaustiva.

Servicio de implementación básico, servicio de implementación completo

Aunque tengan un coste inicial más alto, los servicios de formación para la implementación aumentan inmensamente el ROI del software corporativo. Por supuesto, medir el ROI de estas acciones es, por sí mismo, muy costoso. Sin embargo, organismos especializados como la American Association for Learning Development han demostrado en repetidos estudios que la inversión en formación del talento es una de las que más mejora los resultados de negocio.

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Ilustración de la codificación con las herramientas de medición, compás, regla, cuadrado

Un área de conocimiento es, según PMBOK (Project Management Body of Knowledge), "un área identificada de la dirección de proyectos definida por sus requisitos de conocimientos y que se describe en términos de sus procesos, prácticas, datos iniciales, resultados, herramientas y técnicas que los componen." De hecho, todos los procesos de la dirección de proyectos contenidos en el PMBOK se reparten entre las 10 áreas.

 

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Además de las famosas 6 fases de la dirección de proyectos, el PMBOK contiene 10 áreas de conocimiento:

  1. Integración del proyecto
  2. Gestión del alcance del proyecto
  3. Gestión del tiempo del proyecto
  4. Gestión de los costes del proyecto
  5. Gestión de la calidad del proyecto
  6. Gestión de los Recursos Humanos del Proyecto
  7. Gestión de las Comunicaciónes del Proyecto
  8. Gestión de los Riesgos del Proyecto
  9. Gestión de las Adquisiciones del Proyecto
  10. Gestión de los Interesados del Proyecto

En este artículo repasamos el primer área de conocimiento: la integración del proyecto.

La gestión de la integración del proyecto PMBOK reúne los procesos y las actividades necesarias para que el proyecto exista más allá de sus partes. Sin integración, el proyecto no es más que una propuesta de valor con un objetivo; una vez que se identifican y definen sus componentes para integrarlos en torno al alcance que se quiere producir, el proyecto está suficientemente definido para ser aceptado.

La integración, con todo, no debe confundirse con la iniciación: de hecho, es un error de principiante integrar los componentes solamente al definir el proyecto: la integración se debe mantener durante todo el ciclo de vida del proyecto, a lo largo de la cual se jalonan los seis procesos de gestión de este área de conocimiento.

Las 4 claves decisivas para mejorar en esta área de conocimiento son:

  • Obtener la aceptación
  • Crear un plan de ataque
  • Estar dispuesto a hacer concesiones y rectificaciones
  • Aprender de los errores y también de los éxitos con el cierre de proyecto

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Obtener la aceptación

La gestión de la integración será eficaz si obtenemos el apoyo de todos los miembros del equipo y, sobre todo, de los grupos de interés. Obtener su aceptación desde el inicio del proyecto nos asegura tener el apoyo y la financiación necesaria para que tenga éxito. Para ello, podemos empezar creando un Plan de Proyecto y una Declaración de Alcance Preliminar.

El Plan de Proyecto es el que marca el inicio del proyecto e incluye las aprobaciones y rectificaciones que sean necesarias. Además, autoriza al director de proyectos a dirigir y organizar los recursos, que quedarán plasmados en esta carta, quedando bien definidos sus roles y responsabilidades.

En la Declaración de Alcance Preliminar indicamos el nivel de alcance del proyecto, definimos las razones para emprender esta iniciativa, los objetivos, las limitaciones que hayamos detectado, sus posibles soluciones e identificamos a los grupos de interés importantes a los que afecta este proyecto. Este documento define el proyecto en sí, así como las tácticas que hay que seguir para el proceso de control de cambios.

Con estos dos documentos podremos garantizar que los recursos estén coordinados y programados en la forma y tiempo que se necesiten.

Crear un plan de ataque

Empezamos identificando las actividades que serán necesarias para ejecutar, administrar y monitorear el proyecto de manera efectiva. Será necesario disponer de un software de gestión de proyectos que nos permita planificar y supervisar el proyecto en cualquier momento y desde donde estemos.

Podremos visualizar con un cronograma de Gantt las tareas del proyecto y los recursos asignados. Además, obtendremos actualizaciones de estado del día a día, necesarias para gestionar eficazmente el proyecto.

A medida que avance el proyecto, para que la presentación de informes y el monitoreo entre todos los miembros del equipo sea más preciso y oportuno, debemos hacer hincapié en que todos actualicen el estado de finalización de sus tareas. Por lo demás, su uso es muy fácil e intuitivo.

Estar dispuesto a hacer concesiones

Uno de los mayores desafíos a los que nos enfrentaremos en la ejecución del proyecto es la gestión de las personas. Pueden verse solapados los intereses y opiniones entre encargados de distintos departamentos y más de una vez solicitarán que realicemos cambios en la planificación de nuestro proyecto.

Para que seamos eficaces debemos estar dispuestos a hacer concesiones, aunque no siempre podremos darles lo que nos piden. Por encima de todo está el proyecto, que debe cumplir con los objetivos y requisitos establecidos en Plan de Proyecto.

Debemos controlar que el equipo esté llevando a cabo correctamente su parte del proyecto y asegurarnos que completan el trabajo según los requerimientos de la Declaración de Alcance Preliminar. Hemos de monitorear y controlar el trabajo del proyecto midiendo y equilibrando el progreso del proyecto; y llevando a cabo acciones correctivas o preventivas, según el caso, para garantizar el cumplimiento de todos los objetivos.

Es importante que sigamos el proceso establecido para el control de cambios, definido en la Declaración de Alcance Preliminar, y cuando surja una solicitud de cambio, asegurarnos de que pase por los canales adecuados antes de que se convierta en parte del plan.

Cada solicitud de cambio debe ser evaluada individualmente y solo implementaremos aquellos cambios validados y aprobados que nos van a ayudar a cumplir con los objetivos del proyecto.

Aprender de los errores y también de los éxitos

Como al principio del proyecto ya dejamos claramente definidas todas las actividades, al finalizarlo solo hemos de verificar que estén todas completadas y que el producto o servicio final cumple con las expectativas del cliente y de las partes interesadas. Es conveniente que obtengamos una aprobación por escrito de la finalización del proyecto.

Una vez terminado el proyecto, toca aprender de los errores y éxitos. Organizamos una reunión formal con los miembros del equipo y hacemos una sesión de brainstorming, enumerando uno a uno todos los errores observados durante el proyecto. Hacemos también una lista con las cosas que salieron bien.

Las debilidades con las que nos hemos topado, las amenazas del entorno sufridas, las fortalezas que hemos detectado como equipo y las oportunidades que hemos sabido o no aprovechar, todo lo aprendido en esta experiencia, nos va a servir para el próximo proyecto en el que seguro seremos más eficaces.

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modern simple graphic of men transforming into professional businessman

En el trabajo diario de cualquier organización habitualmente se vive demasiado de cerca del funcionamiento cotidiano para poder afrontar grandes procesos de cambio. Cuando éstos se plantean explícitamente, se suelen traducir en aspectos metodológicos de la gestión del cambio, como pueden ser los planes de comunicación, la mitigación de riesgos o el análisis de stakeholders.

La gestión del cambio es un área de la dirección altamente formalizada. Cuando hay altos grados de formalización, es fácil perderse en procedimientos estandarizados y perder de vista la finalidad del cambio.

Aprende cómo afrontar el cambio a partir de experiencias reales de éxito

Además, es un planteamiento cómodo, al que estamos acostumbrados y que supuestamente da buenos resultados.

Sin embargo, es menos frecuente realizar un análisis más profundo que observe la situación en perspectiva y plantee preguntas como qué es lo que hace la empresa, qué es lo que da a los clientes o qué es lo que éstos esperan de nuestro trabajo para, a partir de las disonancias que se identifiquen, reorientar el trabajo de la organización.

En definitiva, solemos definir nuestra actividad diaria y la de nuestra empresa en función de lo que hacemos, pero no nos planteamos qué sentido tiene la propia existencia de la empresa dentro de su nicho empresarial, en el mercado, y en el conjunto del mundo, y qué esperamos aportar a la sociedad.

¿Qué pasaría si en lugar de entender el cambio como una cuestión de procesos, partiéramos de los resultados?

¿Qué tal si a partir de ahora en lugar de centrarnos en cómo funciona la empresa nos centramos en por qué y para qué realizamos nuestro trabajo?

Quizás en ese momento la gestión del cambio dejaría de paralizarse por los procesos personales de resistencia para encontrar su energía precisamente en el cambio individual.

Al fin y al cabo, una empresa es la suma de todos sus trabajadores. Para producir un cambio en la gestión global es más sencillo comenzar por la disciplina de trabajo de cada uno de sus empleados, por la revisión de sus motivaciones y sus criterios de referencia y productividad.

Una vez conseguido el cambio individual, el siguiente paso es alcanzar el cambio global, que tendrá resultados mayores que los conseguidos como suma del cambio individual debido a la aparición de nuevos beneficios por sinergia.

De este modo, el cambio comienza por centrarse en la reorientación de cada individuo. Posteriormente, se pasa a una segunda fase en la que se optimizan los mecanismos que articulan los cambios individuales para maximizar los beneficios del trabajo en grupo.

Por otro lado, la adopción por parte del grupo de unas determinadas actitudes y sistemas de trabajo implica la necesidad de adaptación de todos los objetos que forman parte de él, tanto de los que ya se encuentran en la empresa como de aquellos que puedan venir.

Es decir, el círculo se retroalimenta positivamente, consiguiendo mantener los efectos del cambio tanto como sentido o finalidad del trabajo como en cuanto a aplicación de metodologías concretas.

Resumido en una frase, la gestión del cambio persigue movilizar individualmente a todos los trabajadores para alcanzar el éxito de cada uno de ellos, y a partir de eso, alcanzar resultados globales, que a su vez se traducen de nuevo en cambios individuales.

¿Significa esto que los sistemas tradicionales de análisis de los clientes, del impacto, la planificación de la comunicación, la gestión de riesgos y otros factores son inútiles?

Todo lo contrario: todos estos aspectos son fundamentales para llevar a la práctica los objetivos individuales y de la empresa, para optimizar metodologías y sistemas de aplicación.

Todas las mejoras orientadas a optimizar procesos de trabajo explican cómo alcanzar los objetivos, pero solamente tendrán pleno sentido si se enmarcan en un contexto de tensión entre lo global y lo individual que pueda armonizar el trabajo de las partes desde el reconocimiento de las diferencias en los roles de cada miembro del equipo.

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meditando empresario equilibrando el trabajo y la vida personalA la hora de evaluar distintas herramientas, a menudo se pasan por alto virtudes blandas como la capacidad de adaptación a distintas situaciones.

El concepto de resiliencia se ha popularizado desde su origen especializado en la psicología y las ciencias ambientales a múltiples usos.

Se dice que alguien es resiliente cuando consigue superar situaciones adversas. Un material resiliente recupera su forma cuando cesa la presión externa; una planta, cuando sobrevive a un período de sequía. Una organización resiliente es aquella que consigue reorientar su modelo de negocio ante las presiones en contra del mercado.

Sin embargo, rara vez se habla de la resiliencia como una característica ventajosa para aquellos productos de software que consigan tolerar situaciones de estrés. Teniendo en cuenta que el software B2B está llegando a unos grados de especialización extraordinaria, empieza a resultar extraño.

Deja que te expliquemos el modelo de de Software como Servicio de ITM Platform.

Propongo que empecemos a considerar la resiliencia como un factor prioritario a la hora de evaluar distintas alternativas de software empresarial, en particular soluciones SaaS.

El software SaaS B2B adolece de un problema generalizado: las tasas de adopción por parte de los usuarios finales. La fricción es, en este sentido, la mayor barrera para la rentabilidad de la inversión.

¿Qué caracteriza a un software resiliente? ¿Qué quiere decir que sea capaz de tolerar y sobrevivir a circunstancias adversas?

De alguna manera, la prueba de estrés se desplaza desde el usuario hacia la propia herramienta. Es decir: en las situaciones más traumáticas para una empresa, como es la adopción de un nuevo software de gestión, la herramienta cuenta con características que le permiten adaptarse y responder positivamente a usos no heterodoxos por parte de los usuarios.

Para ser aún más concretos, pondré un ejemplo desde la industria de la gestión de proyectos. Un software de gestión de proyectos, por ejemplo, será resiliente si:

  • cubre distintos estilos, metodologías y procesos organizativos, sin obligar a comportamientos específicos por parte de los usuarios que exigen un entrenamiento previo
  • asume en su seno la dicotomía de ágil contra predictivo
  • permite gestionar operaciones además de los propios proyectos
  • es capaz de coexistir con el uso intensivo de otros productos en áreas ligadas de core business
  • consigue multiplicar su valor a partir de la aparición vírica en otros entornos de software (el fenómeno de apps e integraciones)

En el caso de ITM Platform, por ejemplo, sus características resilientes incluyen por lo menos los siguientes factores:

  • ITM Platform es una herramienta muy útil para gestores de proyectos expertos, porque acoge en su seno la mayor parte de los aspectos que se deben considerar en la integración de proyectos. Sin embargo, no exige conocimientos especializados, hasta el punto de que tiene una excelente acogida en organizaciones que están dando los primeros pasos en su orientación a proyectos.
  • En lugar de cubrir un nicho muy específico, ITM Platform ofrece una combinación competitiva de prestaciones completas pero de fácil uso. No es necesario aprovechar todo lo que puede hacer la máquina para echar a andar.
  • En cuanto a la experiencia de usuario, los menús de navegación optan por la máxima visibilidad de las prestaciones, en lugar de exigir un conocimiento muy exacto de las rutas de
  • Existen múltiples vías de acceso para las funciones más esenciales

Estos puntos son tan solo un ejemplo de por qué considero que la resiliencia es un principio muy valioso para evaluar la facilidad de mantener el uso de un software cuando cambian (como seguramente cambiarán) las circunstancias, las motivaciones para utilizar el software y la convivencia con otros sistemas de información empresarial.

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calculadora, boletos, papeleo, imagen vectorialLas horas-hombre, también llamadas horas-persona, son la unidad de medida que se emplea en gestión de proyectos para medir los esfuerzos necesarios para completar una tarea.

1 hora hombre = trabajo completado en una hora de esfuerzo ininterrumpido por un trabajador medio.

Calcular horas hombre es la base para poder medir el coste por proyecto de cada tipo de experto y su contribución al resultado.

 

 

Gestiona automáticamente el coste de las horas hombre de tus proyectos con ITM Platform

El total de horas hombre por tarea se obtiene multiplicando el número de personas asignadas a una tarea por el tiempo total que lleva completarla.

Pongamos, por ejemplo, que 15 operarios en una planta metalúrgica dedican 10 jornadas de trabajo para completar un pedido de 800 unidades de producto.

Estimando 6 horas útiles al día, el total de horas hombre se obtiene de la siguiente multiplicación:

15*10*6=900 h

Por lo tanto, la productividad es igual a 800/900= 0,89 unidades por hora. Como conocemos el coste de la hora-hombre, es fácil calcular cómo la fuerza de trabajo contribuye al coste unitario y a la rentabilidad de la línea del producto.

Además, este ratio puede ser tomado como punto de partida para medir mejoras de productividad, introducir nuevos procesos y recortar costes.

Muy a menudo la fórmula se puede utilizar para saber cuántos trabajadores se necesitan, empezando desde el total de horas del proyecto:

Horas totales del proyecto / duración del proyecto = Número de horas hombre al día

A continuación, el total de número de horas hombre diarias se divide por 8 (o por 6, si queremos ser precavidos).

Número de horas hombre al día / 6 = número de trabajadores necesarios. 

Sin embargo, en cualquier proyecto mínimamente más complejo será también necesario tener en cuenta que el coste de las horas-hombre es variable, dependiendo de la categoría profesional a la que corresponda el trabajador.

No todos los miembros del equipo cuestan lo mismo

Un requisito para poder calcular el costo laboral total del proyecto es considerar tarifas horarias distintas por cada categoría profesional. En un proyecto de TI, por ejemplo, no costará lo mismo una hora de un programador junior que la de un responsable.

Por lo tanto, a la hora de calcular el coste del proyecto a partir de las horas hombre, deberás tener en cuenta que la multiplicación del coste se debe factorializar por cada categoría:

Coste total = (CH1 X HH1) + … + (CHn+HHn)

Donde CH1 es igual al coste por hora de la categoría profesional 1 y HH1 es el total de horas hombre estimadas por la categoría profesional 1.

Cálculo de coste por proyecto con ITM Platform

ITM Platform permite calcular los costes de tareas y proyectos con horas hombre y planificar proyectos basados en cálculos automatizados por la herramienta.

Esta es la pantalla de ITM Platform desde la que puedes planificar todos tus recursos:

pantalla de planificación de recursos

Para poder disfrutar de sus ventajas, solo tendrás que definir los valores de 3 variables:

  • Los perfiles profesionales de tu organización
  • Las tarifas asociadas a cada perfil profesional
  • Los costes estándar, que se calcularán cuando se asignen horas a un trabajador genérico.

ITM Platform costes estándar globales y por perfiles

Consulta en este tutorial cómo definir los perfiles profesionales, tarifas y costes estándar para poder calcular el costo de todos tus tareas y proyectos.

¿Quieres seguir leyendo? Descubre en este e-book todo lo que puedes aportar a tu organización centralizando tus proyectos en una oficina de gestión de proyectos (PMO).

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tecnología, circuito, imagen vectorial de icono electrónico. puede también ser utilizado para los circuitos eléctricos. adecuado para uso en aplicaciones Web, aplicaciones móviles y medios impresos.Realizar cambios a escala organizativa en cualquier proceso, metodología de trabajo o sistema de gestión de proyectos es, en sí mismo, un proyecto muy difícil de gestionar. Cuando se trata de la gestión interna, el coste de un proyecto fallido es altísimo, por lo que el margen de error es pequeño. Por si fuera poco, la respuesta de las personas involucradas en el proceso dificulta las predicciones y hace que sea muy difícil diseñar planes de cambio que se sigan a pies juntillas.

En efecto, es habitual que cualquier cambio que expulse de las zonas de confort provoque actitudes diversas entre trabajadores y directivos, dificultando la contribución al cambio de forma coordinada y organizada.

¿Quieres aprender de primera mano cómo enfrentarte a procesos de cambio para mejorar la orientación a proyectos y los resultados de tu organización?

Webinario ITM Platform: Casos de éxito en gestión del cambio

Algunas de estas actitudes se podrían resumir en las siguientes frases:

  • Nuestros empleados están preparados para el cambio en la organización, no hay de qué preocuparse.”
  • Nuestra empresa es diferente. Los miembros del equipo sabrán seguir las indicaciones al tiempo que ejercen su autonomía. por lo que no es necesario intervenir en la gestión del cambio. Ellos, mejor que nadie, saben cómo actuar.”
  • Las cosas están bien como están. Los cambios que se quieren introducir suponen una carga de trabajo adicional que se añaden a las ya tenemos habitualmente, así que el cambio no puede ser positivo.”
  • “Los trabajadores no tenemos por qué implicarnos en el cambio. Ni tan siquiera hemos participado en la elección de las nuevas herramientas de software.”

Todas estas afirmaciones se pueden refutar con los argumentos adecuados. A continuación, vamos a analizar argumentos válidos para responderlas.

Programas formativos complementarios

Indudablemente, todos los trabajadores de tu empresa son gente capacitada para el trabajo que desempeñan, por ello se encargan de él. Sin embargo, la introducción de nuevas metodologías de trabajo requiere de una preparación adicional y una visión estratégica. Para ello, es conveniente que existan programas formativos complementarios facilitados por la empresa tanto antes de la introducción de los cambios como durante su aplicación. Estos programas formativos consiguen un objetivo doble. Por un lado, ayudarán que el cambio se desarrolle adecuadamente, sin realizar trabajo adicional inútil, dado que la adecuada orientación permitirá que todos los esfuerzos y todo el tiempo dedicado se orienten a conseguir un cambio eficiente según los planes establecidos. Por otro lado, sentirse arropados durante el cambio aumentará la motivación de los trabajadores.

Es importante aprender de casos reales en otras organizaciones

Los problemas que se presentan en tu empresa probablemente se hayan experimentado en otros contextos, especialmente si se dan similitudes en cuanto a nicho de mercado, sector económico, desarrollo tecnológico, etcétera. Aunque cada empresa es un mundo, existen situaciones comunes y problemas frecuentes, especialmente hacia ciertos desafíos característicos del desarrollo de negocio. Por ejemplo, la internacionalización tiene resistencias al cambio muy distintas a las que caracterizan la introducción de la evaluación del rendimiento, la apertura de una nueva línea de negocio o la adquisición de otra empresa. En cualquier caso, no hay alternativa al análisis de casos comparables. Con la gestión del cambio no hay margen para experimentos. Los casos de éxito o de fracaso de otras organizaciones te evitarán errores y ganarás un tiempo precioso.

El conformismo es el principal enemigo del progreso

Para poder mejorar es necesario estar abiertos al cambio. Indudablemente, al inicio todos los cambios suponen un esfuerzo adicional, pero esto es necesario para aumentar la eficiencia y la productividad, requisitos indispensables para continuar siendo competitivo.

Los trabajadores son el principal motor de la empresa...

...Los encargados de sacar la empresa adelante. Si no se sienten implicados o motivados con el trabajo que realizan y con la empresa, se trata de un grave problema que está por encima de las dificultades para implementar un sistema u otro de gestión de proyectos. Independientemente de cuál sea el modelo de organización, los trabajadores deben encontrarse motivados. Por supuesto, una adecuada motivación contribuye también al éxito en la implementación de cualquier sistema de trabajo.

Entonces, ¿qué es lo que podemos hacer cuando existe resistencia gestión del cambio tanto por parte de los directivos como por parte de los empleados? Éstos son algunos consejos.

Dirige el cambio hacia una mejoría clara

Identifica los principales obstáculos al crecimiento y propón un proceso de cambio que obtenga una gestión más madura, robusta y con beneficios claros.

Ajusta el tipo de cambio a tu estrategia y cultura corporativa

Previamente a cualquier cambio, es conveniente evaluar exactamente su magnitud y hacia dónde se deben dirigir los esfuerzos. No hay nada peor que hacer “cambios en el cambio”, sobre la marcha, pues genera sensación de desconfianza, de no saber exactamente lo que se está haciendo, y produce desmotivación en los empleados. Si se han esforzado por cambiar algo, este cambio debe aparentar ser definitivo, debe parecer que se ha hecho bien a la primera. Improvisar transmitirá falta de liderazgo.

Explica lo que el cambio significa realmente

Probablemente, en los momentos iniciales exista una cierta resistencia. Es normal y se basa sencillamente en un cierto temor a cualquier cambio que se pueda producir. Explicar exactamente la magnitud de los cambio ayudará a tranquilizarlos y los predispondrá a aceptarlos de mejor grado.

Demuestra las ventajas de los nuevos sistemas de gestión de proyectos utilizando datos

Si comprenden que el cambio es necesario y que el rendimiento será mayor una vez se haya conseguido aplicar, estarán más dispuestos a realizar el sobreesfuerzo inicial.

Utilizando estos consejos, gestionar el cambio y tu empresa será mucho más sencillo. ¿A qué estás esperando para darle una vuelta a tu gestión de proyectos?

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