1. A qué se dedica un director de portafolio

Un hombre de negocios malabares con monedas

Según Gartner, la disciplina de la dirección de portafolio está compuesta de 8 grandes áreas funcionales:

  • Planificación de la estrategia de negocio
  • Planificación del portafolio
  • Creación del portafolio de IT
  • Evaluación del portafolio de IT
  • Balanceamiento del portafolio
  • Comunicación del portafolio
  • Evaluación del valor del portafolio de IT

 

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Como se puede ver, el perfil del director de portafolio se ha consolidado de la mano de las necesidades corporativas en materia de sistemas y tecnologías de información, que sirven como catalizadores del negocio y se erigen en plataformas que permiten y habilitan todos los aspectos productivos de una organización.

A diferencia de los proyectos externos para clientes, que son relativamente independientes entre sí, los proyectos internos de TI tienen una gran complejidad, ya que casi todas las tecnologías tienen puntos de contacto y solapamiento cuyo rendimiento se ve sometido a mucha presión con cada nuevo cambio. Por ese motivo, el director del portafolio debe asegurar que los equipos de IT apuran al máximo su eficacia y orientan sus esfuerzos a generar los sistemas tecnológicos que mejor respaldan la parte productiva del negocio.

 

2. Las 10 competencias clave del director de portafolio

Las competencias blandas de un portfolio manager se parecen a las de un project manager, solo que se vuelven muchísimo más importantes en la valoración total del perfil.

Un project manager debe ser capaz de seguir una metodología muy rigurosa a la vez que atiende a todos los detalles de gestión de las personas que hacen del proyecto un quebradero de cabeza.

En el caso del gestor de portafolio, los criterios técnicos son una condición necesaria para poder desempeñar el trabajo, coordinando a directores de proyecto e intercambiando opiniones técnicas con ellos.

Si el director de proyectos tiene que comunicar toda la información relevante al proyecto al equipo y todas las partes interesadas, en el caso del director de portafolio la capacidad comunicativa es mucho más crítica: se trata de explicar decisiones tan vitales sobre cómo se asignan los recursos a los proyectos, o cómo se planifica la actividad para el siguiente año. De algún modo, la diferencia entre ambos perfiles está en la escala y en la importancia de cada decisión.

Si un director de proyecto se equivoca, su proyecto sufre. Pero si se equivoca un director de portafolio, sufre toda la organización, que pasará a ser menos competitiva que otras.

En otras palabras: el aspecto metodológico se debe combinar muy de cerca con un talante muy claro de liderazgo organizativo. Esto significa que el director de portafolio debe ser capaz de tomar decisiones rápidas y bien fundamentadas, sobre la base de la información a su disposición. Para ello, necesita de un buen sistema PPM de gestión y planificación de proyectos y portafolio.

1) Capacidad de decisión

De acuerdo, un directo de proyectos tampoco puede ser una persona indecisa. Sin embargo, hay una diferencia crucial entre ambos perfiles. Un director de proyectos tiene la capacidad de planificar hasta el mínimo detalle en un ámbito muy acotado de responsabilidad para comprender cuáles son las consecuencias en el caso de que un riesgo se verifique, por lo que sus direcciones siempre tienen un cariz técnico; por el contrario, el director del portafolio se suele encontrar con la necesidad de tomar decisiones que suelen perjudican directamente a las personas que tiene a su alrededor: cada vez que se decide cancelar un proyecto, hay un patrocinador que se ve afectado, además de un director de proyecto y todo un equipo a quienes se debe reasignar. Estas decisiones suelen tener un carácter dilemático entre ganancias a corto y a largo plazo, equilibrios internos y prioridades de negocio, por lo que hace falta una cabeza muy equilibrada para ser capaz de tomarlas con frialdad y sin demasiados sesgos.

2) Espíritu competitivo

El espíritu competitivo tiene dos direcciones: hacia adentro y hacia afuera. Hacia adentro, es recomendable que el director del portafolio promueva una cultura de la competencia interna que resulte estimulante para los equipos de proyecto. Por supuesto, es importante no perder las riendas de la motivación, puesto que la competencia interna puede afectar claramente a la salud emocional de la organización si comienza a traducirse en envidias, rencillas y disputas políticas recomendadas y espoleadas desde arriba.

La competencia interna debe estar bien dirigida. El objetivo no es promover el enfrentamiento, sino estimular la superación y el rendimiento de los equipos, defendiendo la excelencia como valor e identidad de la organización. Hacia afuera, este tipo de cultura corporativa se puede ver traducida en ventajas con respecto a los competidores.

Como gestor, el administrador del portafolio debe considerar permanentemente cuáles son los proyectos que más benefician a la organización al ponerlos por delante de los competidores. Para ello, por supuesto, siempre es conveniente reunir inteligencia sobre la estrategia de los competidores y medir sus avances sobre el mercado.

3) Espíritu emprendedor

Muy ligado con el aspecto anterior, aunque desde un aspecto más creativo y menos agresivo: el administrador del portafolio debe ser una persona abierta a las nuevas ideas y la transformación constante. Especialmente en un paradigma que adopte la administración del portafolio según principios ágiles, es importante que la cartera de proyectos esté sometida a un escrutinio constante para que siempre haya idea para esas semillas de unicornio que pueden aparecer en cualquier momento.

4) Inteligencia emocional

¿Cuántos directivos son excelentes desde un punto de vista de la capacidad de tomar decisiones y de analizar datos financieros complejos con un enfoque práctico, pero luego resultan incapaces de conectar con las personas que están bajo su mando?

La empatía es un rasgo emocional indispensable para todo administrador de portafolio. Cuando cada una de tus decisiones impactan directamente en los directores de proyecto y los equipos, anticiparse a las reacciones emocionales de los afectados para conectar con ellos y buscar fórmulas de motivación es tan importante como tomar las decisiones acertadas. De lo contrario, el riesgo es perder autoridad y liderazgo.

5) Comunicación

Del anterior punto se sigue que en administrador de portafolio debe dar la cara, reconociendo la dureza de sus decisiones y justificándolas con argumentos justos. No es recomendable ni eficaz esconderse detrás de las decisiones del comité, de los correos electrónicos de la secretaria o de lo llena que está la agenda.

Por supuesto, la comunicación tiene que ser un rasgo proactivo. De lo contrario, las personas que conforman la organización nunca tendrán la información suficiente sobre cuál es la estrategia actual, qué se espera de ellos y cómo deben colaborar para hacer realidad los planes de la dirección.

6) Anticipación

De nuevo, proactividad y agilidad. Es obvio que el director del portafolio no puede esperar a que las malas noticias se le echen encima. Si existen posibilidades de que un proyecto estratégico no alcance los resultados esperados, el administrador del portafolio ha de ser el primero en enterarse. Para ello es fundamental que los directores de proyecto entiendan y extiendan una cultura de la transparencia en la que el fracaso de un proyecto no se vea (necesariamente) como un fracaso personal, sino como una oportunidad de rectificar, aprender y enfrentarse a un nuevo reto.

7) Independencia e imparcialidad

Por muy inteligente, acertado y previsor que sea, un director de portafolio pierde toda su credibilidad si cede terreno al favoritismo.

Para evitarlo, lo más útil es reconocer cuáles son los sesgos que existen, identificando hacia qué colega siento predilección y podría estar inclinado a tratar con preferencia. Desde ese reconocimiento es, al menos, posible tomar decisiones que moderen el trato natural para mantener la independencia.

8) Habilidad analítica e inteligencia numérica

Aunque este listado incluye sobre todo competencias blandas y rasgos de carácter, no está de menos recordar que el fuerte técnico del director de portafolio, más allá de las metodologías en gestión de proyectos, debe ser la capacidad de analizar con rapidez, interpretando estadísticas y KPIs en cuestión de segundos y detectando con rapidez relaciones entre distintos parámetros.

En definitiva, contratar a un aficionado al big data como administrador de portafolio debería ser una buena idea.

9) Determinación

A veces se toman decisiones duras cuyas consecuencias son difíciles de sobrellevar para todos, incluido el propio decidor.

En otras ocasiones, se toman decisiones “en abstracto”, pero se falla al traducirlas en acciones reales que las lleven a la práctica.

El director de portafolio debe ser capaz de imponerse a la resistencia al cambio y mantenerse en sus decisiones. A no ser que alguien.

10) Humildad

De todo el catálogo anterior parece desprenderse que un director de portafolio debe ser una especie de genio empresarial, lleno de virtudes y sin ningún defecto. Por supuesto, nadie es perfecto y hasta el más brillante de los expertos en proyectos se equivocará, una y otra vez. Por eso, es preferible una mente un poco menos brillante que se deja convencer porque es capaz de reconocer cuándo se ha equivocado, que un astro de los proyectos que no cambia de rumbo una vez que ha tomado una decisión.

De hecho, la naturaleza de la administración de portafolio consiste precisamente en rectificar a tiempo; y eso pasa por mecanismos para deshacer nuestras propias decisiones.

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Un equipo se reúne alrededor de una mesa, trabajan en su computadora, Tablet y teléfonoEl contexto competitivo actual es siempre más duro y concurrido: hay un boom de startups innovadoras que producen auténticos quebraderos de cabeza en todo tipo de mercados y que hacen de las nuevas tecnologías una fuente de ventajas competitivas: este fenómeno es parte de lo que llamamos la “transformación digital”.

En estos mercados, las empresas necesitan ser más flexibles para adaptarse rápidamente a los cambios –a no ser que quieran hacer frente a una pérdida de ventajas competitivas con efectos potencialmente desastrosos para toda la organización.

 

Por esta razón, muchas empresas recurren a la dirección por proyectos, la única estrategia que garantiza la flexibilidad y coordinación suficientes para transformar el modelo de negocio en una máquina de competir.

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¿Qué es la gestión por proyectos?

La dirección por proyectos es un conjunto de prácticas que traducen la estrategia de la empresa en actividades concretas (o, más precisamente, en proyectos), conectadas con los objetivos y beneficios empresariales que se desean alcanzar.

Los proyectos dejan de ser únicamente una herramienta para desarrollar servicios, para llegar a convertirse en el sistema de creación de valor para la empresa.

En la dirección por proyectos, el resultado de cada proyecto es un objetivo de la empresa, o un factor necesario para alcanzarlo. Cit

La DOP consta de cuatro piezas:

  1. Una gestión ágil del portafolio de proyectos
  2. Una oficina de gestión de proyectos con funciones estratégicas
  3. Una ampliación de la planificación de los proyectos a sus consecuencias y beneficios.
  4. Talento que combine la pericia técnica con la visión de negocio.

Si quieres saber más sobre estos puntos te consejo de leer el libro blanco: Dirección de organizaciones por proyecto

¿Cuál es el rol de la gestión por proyectos en ámbito de transformación digital?

La transformación digital de una empresa puede fácilmente volverse un proceso desordenado y caótico, una reacción a problemas de negocio u operativos sin liderazgo ni resultados. Para hacer frente a este riesgo, se necesita un mecanismo de control que permita gestionar el cambio.

Una empresa puede beneficiarse de la DOP en proyectos de transformación digital de varias formas:

  • Alineando las unidades de negocio, los departamentos y la gestión de la información, evitando dificultades de integración entre plataformas y aplicaciones en fases más avanzadas.
  • Haciendo que las soluciones tecnológicas sean más sólidas, porque se escogen considerando no solo tendencias pasajeras, sino las necesidades actuales y sobre todo las futuras.
  • Gestionando como proyectos todos los medios necesarios para garantizar la integración, de manera que no bloqueen el proceso en determinadas fases. Hay que prestar especial atención al tratamiento de los datos, incluyendo la limpieza de información y su enriquecimiento.

Ejemplos reales

No es difícil encontrar ejemplos de empresas o enteras industrias que se estén reorientando bajo la presión de un competidor con rasgos disruptores.

Si se piensa, por ejemplo, en la irrupción de AirBnB en el mercado turístico, es fácil imaginarse el tipo de transformación al que se han visto forzados los agentes tradicionales para seguir atrayendo a sus clientes.

A veces toca repensar todo el modelo de negocio: desde los canales de venta, las estrategias de precio, la identidad de marca y la estructura tecnológica. La única manera para hacerlo de forma ordenada es gestionando por proyectos.

 

Este artículo pertenece a una serie sobre la dirección de Organizaciones por Proyectos. Puedes seguir leyendo:

10 consejos para presentar resultados de proyectos a tu CEO

La dirección por objetivos ha muerto, ¡Viva la dirección por proyectos!

 

Sigue leyendo aquí: 

Libro Blanco: La dirección de Organizaciones por Proyectos (DOP)

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Trabajar en el baño, en su oficina, en la cocina, en el exterior, en su habitación, en su sala de estar

Mucha gente está descubriendo las grandes ventajas de trabajar desde casa. Muchas empresas, también. Contratar a un freelance en lugar de a un empleado y hacer que sea él quien construya un equipo virtual para los proyectos es muy ventajoso en muchos aspectos:

 

 

  • Mejoras en el equilibrio entre la vida personal y laboral del empleado
  • No se pierde tiempo en viajar
  • Más oportunidades de contratar al mejor talento de cualquier parte del mundo
  • Incremento generalizado de la eficiencia de los empleados

Si bien es evidente que atraer trabajadores virtuales para un proyecto de equipo es una gran idea, también es importante cerciorarse de que el negocio evita caer en trampas generales. Si se consiguen superar estos obstáculos, entonces, trabajar desde casa en un equipo de proyectos será una buena idea.

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Perder el enfoque

Al trabajar desde casa, es más frecuente perder la concentración que trabajando desde la oficina. No importa lo entregado que esté un trabajador con un proyecto, ya que concentrarse puede seguir siendo un reto. Por eso, se debe evitar esta situación siendo extremadamente profesional en lo que se refiere al trabajo, excepcionalmente organizado y comprendiendo el papel que se tiene dentro del grupo. Todo ello ayudará a mantener la concentración en el proyecto evitando así malentendidos y frustraciones.

Diferencias culturales y barreras comunicativas

A día de hoy, el mundo virtual se extiende de forma global y todo aquel que haya trabajado en un grupo virtual sabe de qué hablo. Aunque el proyecto se encuentre en las etapas de planificación, hay que seguir siendo profesional. Habla de forma profesional y utiliza un lenguaje académico (sea el idioma que sea) en todas las comunicaciones escritas. Es importante seguir estas prácticas para evitar cualquier tipo de malentendido. Según vaya avanzando el proyecto, asegúrate de pedir aclaraciones cuando sea necesario para que las barreras comunicativas se vayan rompiendo. Muchos negocios apreciarán una pregunta a tiempo antes que tener que rehacer parte del proyecto debido a un malentendido.

Tecnología y acceso a los datos

Todos los miembros de un proyecto deben tener acceso a la tecnología adecuada para poder realizar su trabajo, tal como métodos de encuestas o las contraseñas de la empresa. Los proyectos remotos dependen, casi en exclusividad, de estos accesos para poder finalizar. Normalmente, las empresas crean contraseñas protegidas para cada empleado de tal modo que, si un empleado actúa de forma deshonesta e inmoral, la empresa sabrá dónde se ha producido esa brecha. Asegúrate de mantener secreta tu información sobre seguridad, úsala únicamente cuando trabajes en proyectos y no actúes nunca de ninguna forma que haga que alguien se cuestione tu integridad. Contribuye a que los equipos remotos de proyectos funcionen como si tu jefe te estuviera vigilando en una oficina.

Lucy Wyndham

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empresaria apuntando a una gráficaUno de los momentos más críticos para un director de proyectos llega a la hora de presentar sus resultados a la dirección: las personas con el poder de decidir el futuro de la empresa son un público experimentado y exigente.

Por si fuera poco, entre la alta dirección está bastante difundida la percepción de que los proyectos son un quebradero de cabeza: las consideraciones técnicas y metodológicas que ocupan el día a día de los directores de proyecto son un lenguaje totalmente distinto al de la dirección.

 

Por eso, a la hora de presentar los resultados de tus proyectos, lo más importante es que trates de hablar un lenguaje directivo. Comunícate con ellos desde la perspectiva del negocio, que es la que más les interesa.

Este consejo tiene muchas más aplicaciones. La dirección de proyectos es un instrumento corporativo de primera importancia, pero no siempre está bien aprovechado.

En nuestro nuevo libro blanco sobre Dirección de Organizaciones por Proyectos encontrarás un modelo completo sobre cómo utilizar los proyectos para colaborar con la dirección general de tu organización.

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Consejos sobre cómo presentar los proyectos

 

Conecta con la visión general de la empresa

No presentes el proyecto como algo desconectado, sino como una pieza importante que sirve para crear valor a largo plazo. En algunos casos, como en el proyecto de implantación de un ERP, estas conexiones son obvias: tras la implantación, todas las operaciones de la organización pasan a estar conectadas.

En otros casos la conexión es más sutil. Pero existe. Incluso si se trata de un proyecto de construcción, donde a priori la motivación para realizar el proyecto es económica, hay muchos aspectos que se pueden destacar positivamente. Puede que hayas conseguido que tu empresa entre en el catálogo de proveedores aprobados de una entidad pública, o que el proyecto haya servido como plataforma publicitaria.

Recuerda que tu audiencia ha asistido a la explicación de muchos proyectos. Céntrate en qué lo hace diferente. ¿Por qué ha valido la pena ejecutar este proyecto más que otras propuestas que no llegaron a realizarse? Eso es lo que debes comunicar a través de la presentación de los resultados.

Para ello, te puede servir ponerte en el lugar de la persona que gestiona todos los proyectos de tu empresa. ¿Qué te gustaría que te explicaran en una presentación rápida? Intenta que la información que presentas sea sólida y memorable. Demuestra que conoces perfectamente tanto los motivos que llevaron a iniciar el proyecto como los riesgos en los que incurrieron quienes te dieron el encargo. La idea es que les reconfortes y confirmes su decisión: su confianza en tu liderazgo y en tu proyecto ha estado bien depositada.

Comunica todos los beneficios del proyecto – no solo los financieros

Si reduces los resultados de un proyecto a las ganancias que has generado, estás estableciendo un término de comparación demasiado fácil. Tu presentación se puede derrotar a sí misma: basta con que alguno de los presentes diga que los ingresos están por debajo de la esperado, o que otros proyectos han obtenido tasas de rentabilidad superiores.

Es más interesante que rodees esos datos de otras metas alcanzadas por el proyecto. Algunos ejemplos pueden ser el desarrollo de tecnología que se puede extender más allá del proyecto, la expansión internacional, la fidelización de un cliente o la consolidación del propio proyecto como modelo para proyectos futuros.

Presenta tu proyecto como fuente de conocimiento

Los directivos saben que uno de los mayores problemas de los proyectos es que se parecen a Las Vegas: lo que ocurre en el proyecto, se queda en el proyecto.

Explica por qué tu proyecto no es un compartimento estanco, sino una fuente de conocimiento compartido. No es raro que nuevos modelos de trabajo surjan de la experiencia de un equipo de proyecto.

Por si fuera poco, cada vez que se sacan a la luz lecciones aprendidas que pueden servir para otros proyectos se están diseñando ahorros futuros. Si tienes un caso lo suficientemente sólido, puedes incluso estimar esos ahorros.

Si tu organización impulsa la innovación abierta, o sencillamente sabes que a tu audiencia le gustan las nuevas ideas, esta sección de tu presentación es especialmente interesante. Extrae aquellos elementos del proyecto donde hayáis obtenido una solución novedosa o mejorada: podrás plantearla como un embrión de producto innovador.

Por último, esfuérzate en identificar qué elementos del proyecto se pueden incorporar al modelo de negocio. Quizás se trate de una nueva manera de negociar con proveedores, o de una característica de diseño de usuario que ha tenido una respuesta especialmente buena.

En los tiempos que corren, lo importante es abreviar las distancias entre los equipos de trabajo, donde se crea el valor para el cliente, y las esferas de toma de decisiones. Si tu presentación lo consigue, tus directores te estarán muy agradecidos.

Pero el mensaje de la presentación no lo es todo. Para que te escuchen con los oídos bien abiertos, apóyate en los siguientes consejos sobre cómo presentar toda esta información.

 

Consejos sobre el estilo de la presentación

 

Averigua qué necesita saber quién te escucha

Tu presentación puede ser interesante, bien diseñada e incluso entretenida. Pero si no aportas a los directivos el tipo de datos que están esperando, es muy fácil que pierdas su interés, que dejen de escucharte y hasta que te interrumpan con preguntas para poder averiguar directamente lo que les parece más importante.

Por eso, procura averiguar, a partir de las experiencias de otros compañeros, cuáles son las métricas y los aspectos de los proyectos que más interesan a cada persona que vaya a escucharte. Quieres ser tú la persona que lleva el timón de la presentación.

…y ten listas varias versiones de tu presentación

Encontrar el equilibrio entre lo que necesitas contar y lo que quiere escuchar tu audiencia puede no ser muy sencillo. Seguro que tienes un par de ideas diferentes sobre cómo hacerlo.

Aun con todas las precauciones, es posible que alguno de tus oyentes te interrumpa porque no le interese lo que está viendo. En el caso de que recibas un comentario crítico al enfoque de tu presentación, la mejor respuesta posible es tener una segunda presentación con un enfoque totalmente distinto que te permita volver a tomar el control.

No abuses de PowerPoint

Si usas PowerPoint, que no lo parezca. Se ha abusado tanto de esta solución que cada vez estamos más cansados de presentaciones en las que el orador se limita a repetir infinitas listas de afirmaciones sin un hilo conductor aparente.

Emplea la presentación como apoyo gráfico, no textual. Es ahí donde está el secreto. Destaca los principales datos y gráficas, utiliza fotografías reales del proyecto para ilustrar tus puntos y no abuses de diagramas difíciles de comunicar. En comunicación, menos información visual produce un impacto mucho más memorable.

Además, si aportas demasiada información, el público puede elegir con cuál se queda para reconstruir su propia versión, mientras que tú quieres dar tu propia idea de lo ocurrido.

Conoce el estilo de aprendizaje de la audiencia

Aunque la información visual es aquella que asimilamos con menos esfuerzo, cada persona tiene un estilo propio de aprendizaje. Tu adaptación al mensaje también debe afectar a este aspecto.

Si, por ejemplo, tu Director General considera que es importante tener siempre información por escrito, puedes preparar un memo del proyecto en un solo folio y entregarlo como material de apoyo mientras presentas.

Practica hasta alcanzar un estilo fluido

La práctica es la madre de la excelencia. No dejes detalles para la improvisación, pero procura que la presentación no parezca encorsetada. La idea es que hables con naturalidad y dominio del tema. Repasa los datos más importantes del proyecto y las conexiones lógicas que quieres subrayar.

Subraya tu mensaje más importante tras terminar

A menudo, la situación más interesante desde el punto de vista comunicativo es la interacción que ocurre cuando terminas de presentar. ¿Cómo reacciona la audiencia? ¿Cuántas preguntas te hacen y de qué tipo? ¿Tienen prisa por irse? En este momento, cambia la situación de escucha y la audiencia está más dispuesta a incorporar la información que le comuniques. No dejes que tus comentarios sean improvisados: subraya el mensaje más importante para ti con un comentario rápido: “Gracias, y déjenme reiterar…”. Este comentario debe estar limitado a unos pocos segundos.

Examina lo que ha pasado

No dejes pasar el tiempo sin analizar cómo ha ido la presentación. ¿Ha ocurrido lo que esperabas? ¿Has conseguido lo que querías? ¿Han despertado interés los aspectos que había preparado, o ha habido alguna sorpresa? Procura incorporar la experiencia a tu bagaje para mejorar aun más en la próxima oportunidad.

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gestión de costes. flechas de colores azul, rojo, amarillo, negro, grisLa tarea de gestión de costes del proyecto es fundamental, no solamente para garantizar que el proyecto se ajusta a los objetivos planificados, sino también para asegurar su propia viabilidad.

La gestión de los costes del proyecto comienza incluso antes que él, con la estimación de los presupuestos. Durante el desarrollo de un proyecto, las tareas de gestión se centran en monitorizar y controlar los costes del proyecto para que se ajusten a lo planificado.

 

En este artículo nos centraremos en métodos y técnicas para estimar el plan de referencia de costes o línea de base del proyecto.

¿Qué es el plan de referencia o línea de base?

Consiste en la estimación del coste total de un proyecto tanto a nivel global como en cada una de sus fases.

Se elabora a partir de las estimaciones de coste de las diferentes tareas o proyectos menores de los que se compone el proyecto principal. Por tanto, previamente se debe realizar un plan de referencia de costes para cada tarea o subproyecto, que posteriormente se agregarán para constituir el plan de referencia global.

Suele representarse de manera gráfica y expresarse en función del tiempo. Así, se puede observar de manera intuitiva la evolución de los costes a medida que se van introduciendo las diferentes tareas y proyectos que forman parte del proyecto global. En el mismo diagrama se pueden incluir no solamente la evolución de los costes totales, sino también desglosado como ingresos y gastos previstos. De esta manera, se pueden identificar aquellas zonas con menores niveles económicos en las que puede ser necesario recibir financiación, y determinar su cuantía.

El plan de referencia de costes constituye una línea de base para los costes del proyecto y se utiliza como punto de partida para el control del presupuesto durante su ejecución. Es interesante realizar una monitorización constante de los costes del proyecto a medida que sus tareas van realizándose y así poder cuantificar la desviación con respecto a la línea de base.

En algunos modelos, la línea de base es dinámica y va modificándose durante la el desarrollo del proyecto en función de las tareas que finalmente se hayan realizado. Es posible que, por diferentes motivos, algunas de las tareas finalmente se hayan desestimado. En estos casos, una línea de base dinámica se adaptará a las circunstancias reales del proyecto.

¿Cómo estimar la línea de base

A continuación, se muestra una lista de métodos que se pueden utilizar para estimar la línea de base. Ninguno de ellos es infalible, por lo que lo más adecuado es a utilizar una combinación de varios de ellos

El juicio de expertos. En este caso, se considera experto a aquel que tiene experiencia en gestionar un proyecto de características similares al que se desea realizar. Es la metodología más sencilla pero al mismo tiempo la más imprecisa. La fiabilidad y precisión de la opinión de un experto es variable en función del grado de similitud que presenten los proyectos que gestionara anteriormente a aquel sobre el que se le pregunta. Por otro lado, puede verse sesgado por la memoria y la voluntad de colaboración de los expertos a los que se les pregunte. Por ello, solamente se debería recurrir al juicio de expertos cuando no se dispone de datos cuantitativos de proyectos anteriores similares o no se puede recurrir a otros tipos de informaciones objetivas

Estimación por analogía. Consiste en recurrir a proyectos anteriores, de los cuales se posee información cuantitativa, y utilizarlos como referencia para la estimación de los costes del proyecto actual.

Estimación paramétrica. También consiste en acudir a proyectos anteriores en busca de referencias. Sin embargo, en este caso, se hace hincapié en la cuantificación numérica, lo cual añade mayor exactitud.

Estimación ascendente. Considera que la estimación de los resultados globales es la suma de los costes parciales de cada pequeña tarea que forma parte del proyecto. Por ello, pone hincapié en la cuantificación exacta de los costes de cada pequeña acción o tarea a realizar en el proyecto y, posteriormente, estima el coste total como la suma de todos los apartados calculados.

Estimación con tres valores. Aunque aparentemente incluye un fuerte componente de subjetividad, se ha demostrado a lo largo de los años que presenta una gran exactitud. Consiste en la estimación de los costes totales a partir del promedio de tres estimaciones, una de ellas es la más optimista, la segunda es la más pesimista y la tercera es la más probable.

¿Y si existen desviaciones con respecto a la línea de base?

Lo más probable es que al llevar a la práctica el proyecto existan desviaciones sobre la línea de base. Éstas deben estar estimadas desde el comienzo del proyecto. Por ello, se deben incluir “líneas de base” de fondos “extra”, que permitan poder afrontar cualquier eventualidad con garantías de éxito

Para ello, se debe calcular el Valor Monetario Esperado, que es el resultado del producto del impacto causado por la aparición de un determinado riesgo por la probabilidad de que ocurra. Como su propio nombre indica, se calcula en unidades monetarias.

Para poder estimar representar adecuadamente todos los escenarios posibles es necesario utilizar herramientas que permitan una estimación de diferentes líneas temporales o sucesos. Un ejemplo serían las simulaciones de Montecarlo.

El Valor Monetario Esperado permitirá estimar la Reserva de Contingencia, que permitirá afrontar los riesgos previstos durante la planificación del proyecto.

Sin embargo, es posible que se presenten nuevos riesgos que no hayan sido estimados durante la planificación del proyecto. También para ellos deberá existir una reserva, a la que se da el nombre de Reserva de Gestión.

No obstante, el conocimiento de esta reserva es exclusivo de la Alta Dirección de la empresa. Así se evita que el Director del Proyecto pueda considerarla en sus planes de gestión y se disminuyen las posibilidades de tener que recurrir a ella.

¿Puedo aplicar esto en mi empresa?

Por supuesto que puedes. Para ello, ponemos a tu disposición un software líder en gestión de proyectos, que te permitirá realizar estimaciones en tiempo real de madera intuitiva y sencilla. La gestión automatizada te permitirá obtener estimaciones cuantitativas exactas dedicando muy poco tiempo. Así podrás concentrarte en que tu empresa crezca, no en realizar cálculos.

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Juan Delgado

Blogger de ITM Platform

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