estrategia-de-sistemas-de-informaciónEs imprescindible que la estrategia de sistemas de información se adapte específicamente a la naturaleza del negocio que pretender apoyar. No existen las recetas universales eficaces, pues cada organización se distingue de las demás tanto en sus fines como en sus medios.

Como consecuencia de ello, el primer paso será identificar las claves del negocio, el conjunto de operaciones, procesos de toma de decisiones y actividades de planificación que resulten vitales. Estas y no otras serán las que deban atraer los mayores esfuerzos en la aplicación de las TI, tanto desde el punto de vista de herramientas como de recursos de gestión, inversiones e incluso ingenio, pues representan el eje de diferenciación con la competencia.

Esta primera parte de la definición de la estrategia de sistemas de información es especialmente sensible a la honestidad

Esta primera parte de la definición de la estrategia de sistemas de información es especialmente sensible a la honestidad, no todas las operaciones y departamentos son vitales. Sin duda todos son necesarios, pero no todos representan las claves del éxito, dándose con lógica frecuencia que los procesos de negocio que hay que reforzar más son los que corresponden, precisamente, con el objeto de negocio. O incluso al plan de negocio para un periodo determinado, pues las claves variarán si estamos en periodo de crecimiento a uno de consolidación.

Una estrategia de sistemas de información adecuada debe permitir realizar un reparto inteligente de los recursos que se asignarán a cada una de estas actividades de la cadena de valor.

Existen diversas intensidades en el uso de recursos económicos dedicados a las TI en función de la naturaleza del negociado de la empresa. En España, la media de gasto en sistemas de información ronda del 2’1% de la facturación total, aunque bancos y entidades financieras pueden llegar hasta el 8’4%. Por tanto, se encontrarán compañías cuyas operaciones requieran ser soportadas por informática cara y potente y otras que deban dedicar más recursos a otras funciones, como por ejemplo la investigación o la contratación del mejor capital humano. La estrategia de sistemas de información debe aplicar las TI con énfasis en aquello que la empresa haga mejor y cuando su uso se conforme como una herramienta empresarial que aporte valor.

En resumen, resulta fundamental disponer de un certero análisis de situación para responder a las preguntas. ¿Cómo de relevante es para el funcionamiento del negocio el uso de sistemas de información? ¿En qué actividades será preciso invertir mayores recursos en aras de aumentar la diferencia con la competencia? ¿Qué características de las TI deben ser las que soporten mejor dichas diferencias?

Sigue leyendo esta serie:

Claves de la planificación y ejecución de la estrategia de sistemas de información (I)

Recibe los últimos blogs en tu buzón

 

ley-de-parkinson
Si la estimación más probable sobre la duración de un proyecto es 10 meses, el director de proyectos puede tener la tentación de reducir el objetivo de plazo a 8 meses, con el fin de compensar el posible retraso. Según la ley de Parkinson: “Todo trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine”.

El problema es que si el plazo se reduce tanto que es imposible de cumplir, los miembros del equipo no tendrán ningún estímulo para alcanzar el éxito. Se darán cuenta de que su jefe no les respeta porque cree que si no les presiona, no se dedican en serio.

ley-de-parkinsonLa sobreasignación temprana de recursos tiene como consecuencia que se acorta el tiempo dedicado al diseño (para dar a todas esas personas algo que hacer). Un plan de capacidad ideal de recursos requiere un equipo pequeño al comienzo del proyecto, y después va entrando progresivamente el resto del equipo, que se mantiene estable hasta cerca del final.

Los proyectos deberían comenzar con la planificación y el diseño, actividades que se desarrollan mejor con equipos reducidos. Si el diseño es muy importante, podría durar hasta la mitad del proyecto.

El problema aparece cuando el proyecto tiene restricciones importantes de plazo (¿y cuál no?). Si el cliente y la dirección han decretado, por ejemplo, que el proyecto debe terminar varios meses antes, ese límite truncará el final esperado inicial.

Hay una inclinación natural para trasladar al comienzo todo el esfuerzo que no podría aplicarse. Pero entonces el proyecto tendrá un patrón de sobreasignación temprana.

El resultado cuando intercambiamos meses por personas, es el no diseño.

La sobreasignación temprana provoca una triste consecuencia en los proyectos de software. Muy al principio del proyecto, los miembros del equipo comienzan a generar líneas de código. La fase programación comienza sin un diseño validado. El resultado de un proyecto de software sin diseño es muy incierto.

Recibe los últimos blogs en tu buzón

 

directores-de-proyectoMuchos directores de proyecto (seguidores de la teoría X de McGregor), piensan que hay que controlar estrechamente a los miembros del equipo, creen que producirán mejor trabajo si les hacen sentir una presión permanente, desde el principio. Se consideran mejores gestores cuantas más horas consigan del equipo (por supuesto, no remuneradas). Empiezan a sentirse satisfechos cuando se trabaja también algunos fines de semana.

¿Y si a estas personas les gusta su trabajo? Estar encima del trabajador, pendiente de si trabaja o no, azuzándole continuamente, puede ser beneficioso en un restaurante de comida rápida, no lo es para dirigir un trabajo intelectual. Un toque de atención hace que la gente se active, pero no consigue que piensen mejor ni más rápido.

Ciertos estudios sobre proyectos de software, demuestran que, por encima de un cierto límite, trabajar más horas no aumenta la productividad neta. Cuando se rebasan las 120 horas a la semana, la productividad llega a ser incluso negativa (el trabajo efectivo es inferior al retrabajo). Hay una franja de productividad óptima entre 60-80 horas a la semana, pero nadie puede trabajar continuamente mucho más de 40 horas, no al ritmo e intensidad que requiere el trabajo creativo. La gente bajo presión no piensa más deprisa.

La presión enérgica ocasional y las horas extra pueden ser tácticas útiles porque mantienen a la gente enfocada e incrementan el sentido de que el trabajo es importante, pero la presión prolongada es siempre un error.

Se ha comprobado que las horas extra (overtime en inglés), se compensan con menos horas productivas, “undertime” (e.g. a un domingo de trabajo le sigue un lunes relajado, si por la noche se trabaja, la mañana es improductiva con reuniones inacabables). Como estas horas extra no se pagan, el overtime no aparece en los registros de incurridos. Igual de invisible resulta el “undertime”, pero es razonable asumir una correspondencia de una hora de “undertime” por cada hora de overtime.

Muchos directores de proyecto exigen horas extra sólo para evitar ser acusados cuando el proyecto fracase.

Algunos autores comparan el overtime con esprintar en una carrera. Esprintar tiene sentido los últimos 100 metros de la maratón (para aquellos que les queden fuerzas), pero no se recomienda comenzar esprintando desde el primer kilómetro. Obligar a las personas a esprintar tanto sólo conduce a que le pierdan el respeto al jefe. Los buenos trabajadores ya han pasado por ello, saben lo suficiente para guardar silencio mientras el jefe despotrica sobre que el trabajo hay que terminarlo en una fecha límite imposible de cumplir. Ya tomarán su “undertime” compensatorio cuando puedan y así el balance final será de 40 horas de trabajo efectivo a la semana, muy probablemente.

Terrible sospecha: Muchos directores de proyectos no usan el overtime para terminar el trabajo a tiempo sino para protegerse, para evitar que les acusasen cuando el proyecto inevitablemente fracasa.

Recibe los últimos blogs en tu buzón

 

dirección-de-proyectosPara conseguir una dirección de proyectos eficaz, hay que aprender a disfrutar con la incertidumbre. Ha de aceptar lo que ocurra, pero involucrando a los demás y resolviendo juntos los problemas, de la manera más sabia.

Al participar en un proyecto importante, sobre todo al dirigirlo, hay que “vivirlo” como persona completa. Stephen Covey representa el paradigma de persona completa con un círculo con 4 secciones para los 4 tipos de inteligencia: cuerpo (inteligencia física), mente (inteligencia mental), corazón (inteligencia emocional) y espíritu (inteligencia espiritual).

Veamos a continuación cómo trasladaríamos esas 4 inteligencias a un jefe de proyecto:

    • Cuerpo: Seguir una disciplina férrea para ejecutar según el plan. Alinear objetivos y resultados.
    • Mente: Componer en la cabeza una imagen completa del proyecto y de todos sus detalles. Visualizar continuamente los resultados y la forma de alcanzarlos.
    • Corazón: Sembrar confianza en los miembros del equipo para que sepan de forma inequívoca lo que han de hacer por ellos mismos.
    • Espíritu: Sentir la contribución trascendente que significa el proyecto en el orden de las cosas.

Todo proyecto necesita un golpe de suerte, pero la suerte llega si estamos conectados.

En la dirección de proyectos, el camino más bello es el que nos hace crecer como personas completas

Utilice un liderazgo centrado en principios, trate de tomar las decisiones correctas, viva su proyecto de forma consciente.

Si quiere obtener victorias públicas en sus proyectos, no se conforme con el camino más corto o fácil, elija el camino más bello.

¿Cuál es el camino más bello en la dirección de proyectos? Ese que les haga crecer como personas completas, a los miembros del equipo y a usted.

Recibe los últimos blogs en tu buzón

 

Desppresupuesto-del-proyectoués de preguntar a muchos jefes de proyecto se llega a la conclusión que estimar el presupuesto del proyecto es una de las tareas más complejas a las que nos podemos enfrentar.

En muchas ocasiones los jefes de proyecto se encuentran que el presupuesto del proyecto ya ha sido negociado y pactado con el cliente, o bien tienen un presupuesto que proviene de una estimación inicial realizada el año anterior, cuando se estaban confeccionando los presupuestos. Con suerte (y este es un término que no deberíamos utilizar en la gestión de proyectos) las actividades que tenemos que abordar, las compras que debemos realizar, y en general todos los gastos del proyecto, entrarán dentro de esta constricción presupuestaria.

Cuando debemos estimar el coste del proyecto desde el nivel detalle, nos encontramos con un nuevo reto. ¿Cómo puedo saber lo que va a costar el proyecto? En este caso debemos empezar descomponiendo el proyecto en partes. El uso de modelos basados en analogías (buscar en nuestra memoria o en nuestro registro histórico de proyectos casos similares) puede funcionar en algunos casos, pero es muy posible que no hayamos hecho un análisis adecuado de las circunstancias de este proyecto y por lo tanto la probabilidad de acierto es pequeña.

Sólo si descomponemos el proyecto en fases y éstas en tareas, podremos tener conciencia de todos sus componentes y de los recursos que requiere, tanto para realizar el trabajo encomendado, como para gestionar el proyecto y realizar otras tareas de administración y gestión. Una vez que disponemos de esta descomposición de tareas debemos hacer una evaluación de los esfuerzos que va a suponer realizar cada una de ellas.

Sólo si descomponemos el proyecto en fases y éstas en tareas, podremos tener conciencia de todos sus componentes y de los recursos que requiere

La experiencia y, en muchos casos, los métodos de evaluación formales, podrán ayudarnos a estimar las horas de trabajo década una de las tareas que componen nuestro proyecto. Con esta estimación obtendremos el esfuerzo que requiere, pero todavía nos falta un paso para obtener el coste.

Los costes de gran parte de los proyectos van a estar vinculados a las horas de trabajo en las tareas. Para poder convertir las horas en dinero debemos tener una referencia de coste por hora. Para ello podemos utilizar un valor general para todas las horas del proyecto, o podemos dar un paso más allá y definir las horas de los diferentes perfiles que van a trabajar en el proyecto (pocas veces vamos a poder estimar conociendo qué equipo vamos a tener disponible para el proyecto).

Todas estas labores las podemos intentar realizar a mano, con una hoja de cálculo o con Microsoft Project, pero en todos los casos vamos a encontrar que es muy complicado controlar todos los elementos. El esfuerzo que tendremos que realizar será muy elevado para terminar con un documento que rápidamente quedará desactualizado y perdido entre las cientos de carpetas de nuestro ordenador.

ITM Platform permite gestionar tanto presupuesto top-down como presupuestos bottom-up de forma simultánea y comparar estos con los esfuerzos que se están imputando cada día sobre cada una de las tareas. Al disponer de un sistema completo de costes por categoría (tanto internos como repercutidos), podemos establecer con mucha precisión los costes de cada actividad. Además, podremos incluir todos los costes relacionados con las compras y subcontratación, manteniendo en todo momento un control completo y eficiente de los costes del proyecto o servicio.

Artículos más leídos en ITM Platform y que te recomendamos:

Análisis de Montecarlo en gestión de proyectos. 

¿Qué es la gestión online periódica?

¿Kanban puede aumentar todavía más tu productividad?

Recibe los últimos blogs en tu buzón

 

Ser eficaz como jefe de proyecto significa compromiso. Si piensa que el proyecto puede ser un fracaso sin que a usted le afecte, es decir, que puede haber un escenario en el que usted gane aunque el proyecto pierda, eso significa que no está entendiendo en absoluto el rol de jefe de proyecto.

En el proyecto que está dirigiendo hoy, hágase esta pregunta: Si mi proyecto es “el plato de huevos con beicon” ¿yo soy “cerdo” o “gallina”?

A los jefes de proyecto nos miden casi exclusivamente por cumplir los objetivos. No queda más remedio que identificarse con ellos, hacerlos propios. Si un proyecto se ha vendido mal, nadie nos impide replanificarlo. Un jefe de proyecto eficaz nunca debe trabajar sobre una planificación que no le parezca realista.

Si mi proyecto es “el plato de huevos con beicon” ¿yo soy “cerdo” o “gallina”?

Si no es así, hay que atreverse a pedirle una reunión al patrocinador, y decirle, por ejemplo: “A día, de hoy, con la información que disponemos, después de estimar involucrando a expertos, este proyecto es imposible terminarlo en 5 meses con 10 personas a tiempo completo, tampoco puedo garantizar que el margen comercial sea finalmente del 20%, voy a demostrarle por qué…”

Más artículos sobre jefe de proyecto que te podría interesar:

¿Cómo es un jefe de proyecto ineficaz?

Jefe de proyecto: Una profesión poco agradecida

Jefe de proyecto: Consejos prácticos

El jefe de proyecto desconfiado

Por favor, no nos quedemos en la fase de queja, acabemos nuestra reunión proponiendo soluciones: “He pensado estas tres opciones para trabajar con una planificación realista…"

Artículos más leídos en ITM Platform y que te recomendamos:

Análisis de Montecarlo en gestión de proyectos. 

¿Qué es la gestión online periódica?

¿Kanban puede aumentar todavía más tu productividad?

Recibe los últimos blogs en tu buzón