Un clásico de las metodologías ágiles es reparte rápido, reparte frecuentemente. En algunos ámbitos puede ser aplicable, pero actualmente se ha cambiado este lema por entrega de la manera planeada. Ahora vamos a discutir qué es mejor, entregar rápido o entregar cómo se había planeado.

El plan para entregar el proyecto se basa en un análisis de las capacidades del equipo y de las necesidades de los clientes. Una vez conocidos estos de manera abstracta, se deben llevar al terreno práctico. Para ello, habrá que tener en cuenta limitaciones de presupuesto y de recursos, así como la necesidad de alcanzar el resultado en un determinado tiempo.

De manera gráfica, se podría resumir en el siguiente diagrama. Como curiosidad, obsérvese que el esquema procede de un manual de la escuela de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.

Planificación basada en capacidades-cómo se pretende trabajar y desafíos para su implementación exitosa

En términos de organización, no hay tantas diferencias entre dirigir un ejército y una empresa. En ambos casos, se trata de coordinar los esfuerzos humanos y materiales para que ambos se encuentren en el momento y lugar exacto para obtener el resultado deseado, asumiendo siempre un cierto nivel de riesgos.

En ambos casos, el resultado del trabajo tiene un determinado valor. El proyecto tendrá sentido si al finalizar consigue alcanzar el valor deseado.

Por tanto, terminar rápido puede significar terminar de manera precoz. Al terminar el trabajo demasiado pronto es probable que no haya alcanzado la calidad necesaria, que no tenga el valor previsto y que por tanto no tenga sentido entregarlo todavía.

Es decir, lo importante no es terminar rápido, sino terminar bien. Así se consigue que el trabajo realizado aporte valor, cumpla las expectativas establecidas por los clientes y éstos queden satisfechos.

Ésta es precisamente la finalidad de la gestión de proyectos: alcanzar este resultado de la manera más temprana posible, haciendo un uso óptimo de los recursos. Pero para ello, debe huir de una entrega precoz, porque esto supondría una disminución de la calidad final del trabajo y, por tanto, que éste no aporte el valor deseado.

A la hora de entregar un trabajo, hazte unas simples preguntas: ¿Qué estamos entregando? ¿El trabajo entregado está llegando de la manera adecuada al cliente o consumidor? ¿Es capaz de cumplir con los objetivos deseados?

Y a la hora de planificar un proyecto, plantéate esta otra pregunta. ¿Es posible acelerar la entrega o realizar un menor consumo de recursos materiales y personales sin afectar a los requisitos de calidad establecidos para el producto final?

Probablemente, si el objetivo de nuestra empresa es entregar proyectos sencillos, al no requerir de mucha complejidad, es posible que lo importante sea simplemente entregar rápido, ya que la sencillez del proyecto permite centrarse en la velocidad y asumir que los objetivos de calidad se van a cumplir en cualquier caso.

Sin embargo, en proyectos complejos, lo importante no es entregar rápido, sino planificar bien y posteriormente ajustarse a los planes establecidos, tanto si estamos utilizando para la gestión de los proyectos metodologías clásicas o predictivas, como si preferimos utilizar las novedosas metodologías ágiles.

Si el plan se realiza de la manera adecuada, bien al principio del proyecto y en el caso de las metodologías predictivas o bien para cada uno de los sprints o ciclos de trabajo en el caso de las metodologías ágiles, ésta debería ser la guía a seguir para optimizar el uso de los recursos y maximizar la productividad.

Una vez planificado el trabajo de una determinada forma, ¿es posible realizar la entrega en un menor tiempo?

Indudablemente sí, pero a costa de aumentar el gasto de recursos de otro tipo, por ejemplo el número de personas dedicadas a realizar el proyecto o la inversión en tecnología que automatice procesos.

Si la planificación se ha realizado adecuadamente, el tiempo debe haberse considerado como un recurso valioso, por lo que debe encontrarse optimizado para los recursos humanos, económicos y tecnológicos de los que se dispone. Por tanto, no debe ser posible reducir los tiempos de entrega sin afectar directamente a la calidad y al valor del producto final.

En resumen, si quieres entregar rápido tus proyectos, debes elaborar un plan que te permita hacerlo, ajustado a la calidad y al valor del producto que ofreces. La reducción de tiempos de entrega pasa una optimización de los recursos y un aumento de la productividad o bien por una disminución de la calidad final. Es tarea del gestor del proyectos y de los clientes decidir cuál de los aspectos desean priorizar.

Desde ITM platform te ofrecemos una solución informática para mejorar la gestión de proyectos de tu empresa que incorpora gestión de recursos, tareas, programas, proyectos, portafolio, clientes. Estamos seguros de que cuando descubras todo lo que ITM Platform puede aportar a tu empresa, decidirás trasladarla a tu ámbito personal.

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 tabla de embudos ¿Te has planteado cuál es el proceso por el cual un contacto conseguido en las redes sociales o en campañas de mailing pasa a comprar tu producto? ¿Has pensado cómo, consiguiendo mejorar esta conversión, podrías aumentar el número de clientes?

El proceso por el cual se consigue un nuevo cliente comienza con una visita de éste a los perfiles de nuestra empresa en las redes sociales o a nuestra página web. También es posible que se produzca a través de una iniciativa activa realizada por nuestra empresa, a través de emails o de campañas de publicidad.

 

Una vez establecido este primer contacto, por parte de alguno de estos usuarios recibiremos un feedback, por ejemplo en forma de datos personales en un formulario o de respuesta a nuestra campaña de mailing. En este primer paso hemos convertido usuarios anónimos en leads.

Posteriormente, tras un análisis por parte de estos leads de los servicios que nuestras empresa les ofrecen, algunos de ellos se terminarán convirtiendo en clientes.

¿Cómo podemos aumentar el número de clientes? Mejorando nuestras campañas iniciales de marketing, para conseguir reclutar un mayor número de leads, o potenciando la conversión de estos leads en clientes.

¿Qué es un embudo de marketing?

El embudo de marketing, también conocido en inglés como funnel de ventas, es un método que persigue aumentar la proporción de usuarios anónimos que se convierten en leads y asimismo la proporción de leads que se convierten en clientes reales.

Se le da el nombre de embudo porque en las primeras fases existe un elevado número de potenciales clientes que posteriormente se van filtrando al tiempo que aumenta la probabilidad de que finalmente adquieran alguno de nuestros servicios o productos.

Este método es aplicado por el equipo de marketing, que así consigue que cuando el lead llegue al departamento de ventas se encuentre en un estado maduro y preparado, aumentando las posibilidades materialización de la venta.

Además, su aplicación sistemática consigue una gran velocidad del proceso, con lo que el flujo de clientes aumenta de manera constante, aumentando los beneficios de la empresa.

¿Cuáles son las fases del embudo de marketing?

Existe un proceso desde que el cliente percibe atracción por un producto hasta que finalmente cierra la compra. Este proceso se puede dividir en tres fases.

  • Primera fase: llamada de atención y generación de necesidad. El cliente se siente atraído por un tema pero todavía no conoce cuál es la necesidad exacta que pretende cubrir con él.
  • Segunda fase: consideración. El cliente ha analizado meticulosamente su problema, ya conoce cuál es su necesidad concreta y por tanto está buscando una solución precisa para él.
  • Tercera fase: decisión. Tras un análisis exhaustivo de las posibilidades existentes, el cliente escoge cuál de todos los productos ofertados por el mercado le facilita una mejor solución a su problema o satisface sus necesidades. Para que nuestro producto sea el elegido, debemos ser capaces de mostrar al cliente, dentro de toda nuestra oferta, aquella que, de manera personalizada, mejor se adapta a sus problemas concretos.

¿Cómo llevar a la práctica el embudo de marketing?

Para poder aplicar las técnicas de embudo de marketing es necesario utilizar los recursos adecuados para cada una de las fases del embudo. Para ello, será necesario generar contenidos de valor diferentes y adaptados a cada una de estas fases. En esto consiste precisamente el inbound marketing.

En la primera fase o de atención y generación de necesidad, los contenidos reciben el nombre de TOFU (Top Of the FUnnel).

Deben ser contenidos con un carácter más generalista que en las siguientes etapas, destacando por su carácter educativo y divulgativo.

Como ejemplos, podríamos considerar los post publicados en el blog de la empresa o en el de empresas amigas. Otra posibilidad es recurrir a videoblogs o webinarios, con el mismo contenido pero quizá más atractivos por sus posibilidades audiovisuales.

El objetivo de los contenidos de estas fases es atraer a los usuarios y llamar su atención.

En la segunda etapa, también conocida como intermedia o de consideración, los contenidos elaborados se llaman de tipo MOFU (Middle Of the FUnnel).

Los contenidos de esta etapa se caracterizan por una mayor complejidad y elaboración y están orientados a un usuario que ha analizado su problemática y pide soluciones más concretas.

En este nivel se encuadrarían los casos de éxito. Se trata de ejemplos de clientes previos que exponen el problema que encontraron en su trabajo y la solución que nuestra empresa les proporciona, con el consiguiente cambio para el desarrollo de su empresa y la cobertura de sus necesidades.

También son propias de este nivel las infografías, los ebooks, guías y white papers, documentos que deben elaborarse de manera cuidadosa y con información técnicamente muy concreta dado que el usuario que llega a ellos se encuentra formado específicamente en todos estos temas y conoce concretamente el problema que plantea y las soluciones que busca.

En esta fase se debe comenzar con referencias concretas a nuestra marca y los productos exactos que ofrece.

En la tercera etapa, o de decisión, el usuario se encuentra preparado para la compra. Los contenidos de esta fase se clasifican como de tipo BOFU (Bottom Of the FUnnel).

Estos contenidos relacionan las necesidades del cliente con nuestra marca e incluso con una oferta comercial concreta. El objetivo de esta etapa es vender concretamente uno de nuestros productos a un cliente específico.

El contenido característico de esta fase pueden ser cupones de descuento (que acaben de dar al cliente el pequeño empujón que le falta para cerrar la compra), demostraciones concretas de los productos ofrecidos, bien mediante vídeos o bien directamente mediante pruebas gratuitas del producto. También existe la posibilidad de que el cliente se suscriba a una newsletter en la cual se mantendrá actualizado de manera permanente de los productos y servicios de nuestra empresa.

La utilidad de realizar el inbound marketing utilizando la técnica de embudo reside en facilitar al potencial cliente el contenido que necesita en cada una de las etapas de maduración hasta que finalmente decide la adquisición o contratación de nuestros productos.

¿Cómo organizar estas técnicas de marketing?

Gestionar todas estas tareas de marketing puede ser una pesadilla o puede ser una tarea relativamente sencilla. Esto dependerá no solamente de tu habilidad y experiencia para la gestión en el ámbito del marketing, sino también de las herramientas informáticas de que dispongas.

En ITM Platform te facilitamos una solución líder de gestión de proyectos en la que podrás integrar tanto herramientas predictivas, como diagramas de Gantt, con herramientas ágiles como Kanban y herramientas de priorización.

Asimismo, también ofrecemos sistemas automatizados de análisis de resultados, para que de manera rápida y visual puedas saber si tus sistemas de marketing están funcionando y tomes las medidas correctivas que consideres oportunas.

En definitiva, queremos ser tus principales aliados para que puedas convertir tus estrategias de marketing en el éxito de tu empresa.

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La ética está presente en todas las facetas de la vida, también a la gestión de proyectos. De la misma forma que existen unas normas de conducta, en ocasiones no escritas, para la vida cotidiana, también existen unas normas de comportamiento, una suerte de código deontológico, que se deben respetar en la gestión de proyectos.

 

Los profesionales en la gestión de proyectos, ¿conocemos el código deontológico de nuestra profesión? ¿Seguimos unas normas de conducta ética adecuadas en el desarrollo de nuestro trabajo?

¿Realizamos conductas éticamente inadecuadas?

En primer lugar, deberíamos plantearnos la magnitud del problema .¿Verdaderamente existen conductas éticamente inadecuadas en el ámbito de la gestión de proyectos?

En el año 2002, la página web Techrepublic (http://www.techrepublic.com/) realizó una encuesta entre sus lectores. De las 825 personas que respondieron a las preguntas, el 57% dijeron que alguna vez habían recibido por parte de sus superiores alguna petición de hacer algo que consideraban que no era ético (http://www.techrepublic.com/article/it-managers-face-ethical-issues-from-piracy-to-privacy/1054036/).

gráfico: ¿alguna vez ha sido preguntado por un superior para hacer algo en su trabajo de ti que se sentía era poco ético

No se trata de un hecho aislado, dado que ese mismo año otra encuesta realizada por IT Consultant obtuvo como resultado que al 19% de los participantes se les había propuesto alguna vez en su trabajo realizar alguna tarea ilegal o incorrecta desde el punto de vista de la ética.

¿De qué tipo de conductas poco éticas estamos hablando? Según los encuestados, en la mayoría de los casos las faltas de conducta éticas se refieren al ámbito de la piratería o de la privacidad (from piracy to privacy).

Un ejemplo en el que se combinan ambos tipos de conductas éticamente inadecuadas sería el caso en el que se utilizan un software sin licencia (lo cual no solamente no es ético, sino que también es ilegal) para el control de la actividad de los trabajadores sin previamente informarles de que esto se va a realizar.

Otro caso muy habitual se basa en la presentación de riesgos a los clientes. En ocasiones, el Project Manager sabe que presentar los riesgos tal y como son (que es la actitud éticamente correcta) puede suponer una penalización por parte de los clientes. Para evitarlo, realiza la conducta éticamente inadecuada de no mostrar por completo u ocultar algunos de los riesgos del proyecto.

Una conducta éticamente inadecuada muy frecuente la encontramos en la elaboración de los presupuestos. Estos casos, habituales en el ámbito de la construcción, llegan a producir escándalos con repercusión mediática, que suponen un año importante para la imagen de la empresa.

Nos referimos en este caso a las ocasiones en las que los encargados del proyecto realizan una estimación a la baja del presupuesto, que saben desde el principio que es inviable, para conseguir que sea aceptada por los clientes. Posteriormente, ante el temor de que la obra quede inacabada, los clientes aceptarán subidas de presupuesto y mayores plazos de entrega.

Un buen responsable de proyectos tendría una conducta ética y mostraría los presupuestos tal y como son, tanto en tiempo como en dinero, aunque por ello se exponga a que su proyecto sea rechazado.

¿Existe algún código ético en la gestión de proyectos?

En octubre de 2006, el Project Manager Institute Board of Directors (http://www.pmi.org/About-Us/Board-of-Directors.aspx) redactó un código de ética y desarrollo profesional, que se puede consultar libremente en este enlace (http://www.pmi.org/en/About-Us/Ethics/~/media/PDF/Ethics/ap_pmicodeofethics.ashx).

El hecho de que un organismo de relevancia internacional en gestión de proyectos se haya planteado el tener que realizar un documento para tratar la ética en la gestión de proyectos, nos confirma la magnitud del problema.

En resumen, la ética de un Project Manager debe girar en torno a los siguientes puntos.

Lee también esta lista con los 10 mejores consejos para un Project Manager.

  • Sé responsable. Tomar decisiones incluye asumir las consecuencias que se deriven de ellas. Por tanto, previamente a tomarlas, es necesario conocer todos los requerimientos legales y reflexionar acerca de la ética de las conductas que se vayan a tomar. Es necesario el conocimiento de la legislación vigente y de normas de conducta éticas.
  • Sé respetuoso contigo mismo y con los demás. La barrera entre lo legal y lo ilegal está establecida por las leyes, pero no sucede así con la ética. Todos los días realizamos comportamientos que sabemos que son éticamente correctos o incorrectos sin necesidad de consultar códigos de conducta, simplemente nos basamos en nuestro sentido común. El trabajo del Project Manager (y cualquier otro) deben realizarse con sentido común, también desde el punto de vista de la ética. Escuchar a los demás, y también al interior de cada uno, ayudará a que realicemos nuestro trabajo de una manera éticamente más correcta.
  • Sé transparente. La transparencia, el poner todas las cartas sobre la mesa, incluyendo los conflictos de interés, es otra actitud éticamente correcta y que hablará de nuestra propia fiabilidad y la de nuestros proyectos.
  • Sé honesto con tus comunicaciones y conducta. Podemos pensar que en el corto plazo nos perjudica ser sinceros, dado que nos puede privar de algún privilegio temporal. Sin embargo, a la larga la transparencia y la sinceridad se convierte en confianza y ésta, por lo difícil que es de encontrar, constituirá un punto positivo que nos diferenciará de otros.

En definitiva, y aunque en ocasiones la vida cotidiana parece demostrar lo contrario, a largo plazo la verdad siempre acaba por salir a la luz y el buen comportamiento se ve recompensado.

Hacer que nuestro trabajo sea ético, además de productivo, nos hará mejores personas, conseguirá que seamos más felices en nuestro trabajo y que quedemos más satisfechos con los resultados.

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desglosar el trabajo, relojLas metodologías ágiles permiten una organización adecuada de las tareas, estableciendo un orden de prioridades y evitando que se acumule la realización de varias tareas al mismo tiempo. Una vez que ya tenemos claras las tareas que vamos a realizar y el orden de prioridad, ¿cómo podríamos organizar el tiempo para aumentar al máximo nuestra productividad? Una posible solución es utilizar le método pomodoro. 

Además de significar tomate en italiano, pomodoro es una metodología distribución del tiempo de trabajo que consiste en dividirlo en bloques (a los que precisamente se les da el nombre de pomodoros), que suelen tener una duración de 30 minutos cada uno. Dentro de cada uno de los bloques, hay una porción de tiempo destinado al trabajo, que habitualmente es de 25 minutos, y otra dedicada al descanso, que suele ser de 5 minutos.

Suele realizarse una pausa mayor, de unos 15 o 20 minutos cuando se han cumplido 4 o 5 pomodoros (o bloques de trabajo).

¿Qué se necesita para poder aplicar el método pomodoro?

Únicamente es necesario disponer de una lista de tareas a realizar y un temporizador. Existen temporizadores analógicos con forma de tomate, que han dado nombre y personalidad a este método, pero cualquier reloj o cronómetro es válido.

Los expertos en esta metodología recomiendan que se trate de un reloj analógico con rueda o algún tipo de mecanismo físico, pues el simple hecho de activarlo hace que el usuario sea consciente de que el tiempo del pomodoro acaba de comenzar y de que debe centrar toda su atención en realizar la tarea correspondiente.

¿Cómo funciona el ciclo de actividad en el método pomodoro?

El usuario debe sentarse a la mesa de trabajo con una lista de tareas, a ser posible escrita de manera física en un papel, y con su pomodoro, de preferencia analógico. El hecho de que la lista de tareas y el cronómetro sean físicos es parte del ritual, dado que permiten que el usuario sea plenamente consciente de que inicia y termina un ciclo y perciba la pequeña satisfacción de activar o desactivar el cronómetro y de tachar las tareas ya realizadas.

Una vez disponga de estos dos elementos, debe activar el temporizador para que suene 25 minutos más tarde y concentrar toda su atención en realizar la tarea correspondiente. Los 25 minutos de trabajo deben ser netos, sin interrupciones para consultar el teléfono, atender llamadas, comentar con los compañeros...

Toda la atención debe estar focalizada en la tarea a realizar hasta que el cronómetro suene. En ese momento, se debe dejar el trabajo tal y como está, sin caer en la tentación de intentar terminarlo prolongando la actividad durante unos minutos más.

Al igual que los 25 minutos de trabajo son sagrados, también lo son los 5 minutos de descanso, que se deben dedicar a ocupar la mente en cualquier otra cosa que no sea la tarea.

Del mismo modo, cuando se han cumplido 4 o 5 ciclos de trabajo y pausas, se debe realizar un descanso mayor, de 15 o 20 minutos, en la que lo ideal es comer algo o hacer algún tipo de actividad física moderada, que ayude a relajar el cuerpo y la mente. Así será posible afrontar el siguiente ciclo de trabajo en plenitud de condiciones físicas y psicológicas.

¿Cómo puede aumentar mi productividad el método pomodoro?

El método pomodoro nació en el entorno de la programación informática. Estas tareas requieren una elevada concentración y la productividad se puede ver muy mermada en caso de que los trabajadores sean interrumpidos con llamadas, consultas o pausas innecesarias.

¿Cuántas veces has sentido que has dedicado una tarea mucho más tiempo del realmente necesario? ¿En cuántas ocasiones crees que esto ha sido culpa de interrupciones indebidas, no solamente por el tiempo que te han quitado, sino también por la manera en que han afectado a tu concentración? ¿Cuántas veces has intentado terminar una tarea y te llevado mucho más tiempo acabarla del que te hubiera costado si hubieras tenido la mente despejada?

El método pomodoro persigue potenciar la concentración de los trabajadores a la hora de realizar las tareas. Así es como consigue aumentar el tiempo neto dedicado al trabajo y evita distractores y ladrones de tiempo, que solamente alargan el tiempo dedicado al trabajo pero acortan el tiempo realmente destinado a trabajar.

¿Es posible integrar el método pomodoro en las metodologías ágiles de mi empresa?

Por supuesto que es posible, y además es recomendable. De hecho, algunas de ellas, como Kanban, se complementan especialmente bien (http://www.itmplatform.com/es/blog/kanban-vs-scrum-por-que-kanban-puede-aumentar-todavia-mas-tu-productividad/).

Además, no solamente te lo recomendamos para el trabajo en tu empresa, sino que estamos seguros de que también cambiará la distribución del tiempo en tu vida personal (http://www.itmplatform.com/es/blog/kanban-personal-puedo-utilizarlo/), consiguiendo que seas más dueño de tu tiempo, y, por tanto, de tu vida.

Únicamente necesitas papel, bolígrafo y un reloj y verás cómo mejoras enormemente tu manera de trabajar.

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gestión de proyectos, desarrollo de software, ágil scrum methodologiesÁgil y Predictiva son dos metodologías de trabajo utilizadas para la gestión de proyectos. Cada una de ellas tiene su entorno y su aplicabilidad como consecuencia inherente a sus diferentes planteamientos. Sin embargo, es muy posible que algunos de nuestros proyectos puedan verse beneficiados de la correcta interacción entre ambas metodologías.

 

Como sugiere su propio nombre, la metodología Predictiva utiliza un diseño de proceso secuencial. El desarrollo fluye secuencialmente desde un punto inicial hasta un punto final con diferentes etapas, que habitualmente son las siguientes: concepción del proyecto, iniciación, análisis, diseño, construcción, pruebas, implementación y mantenimiento.

Por su parte, la metodología Ágil utiliza un proceso de acercamiento iterativo al producto final. Se desarrolló esencialmente en respuesta a las limitaciones de los procesos secuenciales como Waterfall, que son bastante cerrados. Las metodologías ágiles permiten una mayor libertad. Ágil carece de un plan de acción predeterminado para realizar el proyecto. En su lugar, los integrantes de los equipos son libres de realizar cambios en el proyecto a medida que va evolucionando o las circunstancias son diferentes.

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Cada metodología cuenta con unas ventajas y unos inconvenientes. Vayamos al grano:

Ventajas de Ágil

Ágil ofrece un modelo increíblemente flexible, que permite adaptarse evolutivamente a las necesidades de un mundo cambiante. El proyecto se divide en pequeñas tareas desarrolladas por grupos independientes que trabajan simultáneamente e interaccionan entre ellos. Los clientes intervienen y las pruebas del producto ocurren simultáneamente a la realización del proyecto, con lo cual se consigue una mejora continua y una adecuación constante del producto a las necesidades reales.

La metodología Ágil es especialmente útil cuando el objetivo del proyecto no está claramente definido o cuando el cliente no conoce cuáles son exactamente sus necesidades. El feedback mutuo entre el equipo del proyecto y los clientes, conseguirá que progresivamente los objetivos del cliente y el producto facilitado por el equipo vayan convergiendo hacia un mismo punto, consiguiendo un resultado satisfactorio.

En estas metodologías la comunicación cobra un papel fundamental, tanto entre los miembros del equipo, entre los diferentes equipos que se reparten las tareas de un proyecto, y entre todos estos y los clientes.

La comunicación integra los procesos de desarrollo, consigue la cohesión entre el personal y los clientes y garantiza la coherencia del resultado del proyecto con los objetivos que se van planteando de manera dinámica.

Lee también Diferencias entre Kanban y Scrum

Ventajas de Predictivo

Previamente en la realización de cualquier proyecto utilizando metodologías Predictivas, es necesario tener un objetivo claro y realizar una planificación meticulosa.

Precisamente, dado que se sabe exactamente a dónde se quiere llegar y cómo se va a hacer, una vez que comienza un proyecto que utilizan estas metodologías, consigue llegar al final de manera rápida y segura. Es posible realizar tablas horarias y presupuestos precisos previamente a la ejecución del proyecto, y estos se cumplen con pocas desviaciones. Esta correspondencia entre lo dicho y lo hecho satisface a los clientes.

Además, la exactitud de este sistema de trabajo consigue que exista una documentación extensa y precisa de todo lo que se tiene que realizar en el proyecto en cada momento. Por tanto, en caso de que alguno de los miembros del equipo, por circunstancias profesionales o personales, no pueda continuar hasta el final del proyecto, otra persona podrá ocupar su lugar. Solamente será necesario que se ponga al día de la situación exacta del proyecto y de lo que tiene que hacer hasta el final, y podrá desarrollarlo sin mayor problema.

Inconvenientes de Ágil

Precisamente como consecuencia de su flexibilidad, Ágil muestra una estructura muy débil. Existe poca exactitud en la planificación del proyecto, desde los plazos de entrega hasta los presupuestos. Como no existe un plan concreto, todo parece flotar en el vacío.

Además, como también se dijo antes, la comunicación, la implicación personal y la colaboración se necesitan para garantizar el éxito de un proceso Ágil. Esto puede ser problemático, especialmente si trabajamos con equipos poco colaboradores.

La necesidad de una estrecha y permanente comunicación, puede consumir mucho tiempo en reuniones e intercambios de contenidos.

Por su parte, además, las metodologías ágiles son mucho más dependientes de la presencia de las mismas personas desde el principio hasta el final del proyecto. El abandono de alguno de los integrantes del equipo se acusará mucho más que en la metodología Predictiva.

Inconvenientes de Predictivo

El principal inconveniente de la metodología Predictiva es que es una metodología menos flexible que la metodología Ágil y esta flexibilidad se consigue porque no planificamos con demasiada antelación.

Alterar el proyecto en cualquiera de sus etapas puede ser una auténtica pesadilla para el Project Manager, pues una vez analizada toda la planificación es muy difícil introducir cambios.

Otro inconveniente es que el feedback que pueden dar los clientes y las pruebas realizadas, no se consigue hasta estados muy avanzados del proyecto. Por tanto, si existe algún problema, no se podrá responder a él hasta encontrarse muy avanzado el proyecto, lo que implica un consumo muy elevado de tiempo, esfuerzo y dinero.
Entonces, ¿cuál es mejor?

Cada una de ellas tiene sus ventajas y sus inconvenientes y es tarea del Project Manager saber escoger una u otra en función de las necesidades del proyecto, de las exigencias de los clientes y del equipo del que disponga. No obstante, dado el dinamismo del mundo actual, Ágil sería la elección adecuada para los que saben en qué dirección se desea caminar pero no se conoce con certeza a dónde exactamente se quiere llegar. Por ello, es la metodología que más se está utilizando en estos momentos por empresas de todo el mundo.

Otra de las ventajas de Ágil es que permite la integración con otras metodologías de trabajo actuales y muy interesantes para la organización de una empresa. Probablemente el principal ejemplo sea Kanban que puede aumentar tu productividad tanto a nivel empresarial como personal.

Por su parte, la metodología  Predictiva sería la elección para proyectos estáticos en los que no se espera que sea necesario realizar cambios a lo largo del desarrollo del proceso.

Sin embargo, estas son directrices generales. El Project Manager debe individualizar la elección de la metodología en función de cada proyecto y utilizar sus habilidades para escoger una u otra en función de las necesidades del proyecto, de las exigencias de los clientes y del equipo del que disponga.

Todo esto es precisamente lo que ofrece ITM Platform: una solución informática en la nube capaz de dar respuesta a las necesidades de los Project Manager, facilitándoles acceso sencillo a herramientas de gestión de proyectos que utilizan las metodologías ágiles. Todo ello en una solución informática escalable, para que puedas adaptar los servicios que contratas a tus necesidades reales y a las de tu empresa.

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