Admitámoslo: la colaboración se ha erigido en una misión institucional. En ITM Platform devolvemos la alegría al trabajo en conjunto, al anunciar nuestra nueva colaboración con una de las universidades brasileñas más importantes – y símbolo de Curitiba. Se trata de la Universidad Federal de Tecnología de Paraná, o UTFPR por sus siglas originales.

Con esta colaboración, UTFPR se suma a las numerosas instituciones académicas, como el Instituto Tecnológico de Monterrey o la Universidad de Barcelona, que han acogido con brazos abiertos la oportunidad de colaborar con ITM Platform para modernizar sus formatos educativos en el ámbito de la gestión de proyectos y la ingeniería.

Los orígenes de UTFPR se remontan a los esfuerzos modernizadores de principios del siglo veinte, llegando a un punto álgido en la fundación del Centro Federal de Tecnología Educativa en 1978. La vocación de liderazgo tecnológico-científico se ha mantenido a lo largo del tiempo, como demuestra el hecho de que, desde su refundación en 2005 como primera universidad brasileña de tecnología, ha ocupado la primera plaza en los rankings de instituciones educativas en el ámbito de la tecnología.

A la cabeza de esta colaboración se ubica el profesor Roberto Candido, un miembro muy activo entre el profesorado de UTFPR cuyos intereses incluyen la innovación tecnológica, el emprendimiento, la gestión de proyectos y el desarrollo regional. Desde su departamento de estudios electrotécnicos, Candido ha promovido la colaboración de ITM Platform para incentivar la empleabilidad de sus estudiantes a través del contacto con software en la nube que les permitirá ponerse en contacto con la realidad empresarial a la que tendrán acceso tras la finalización de sus estudios.

Esta colaboración dará acceso a ITM Platform a estudiantes de grado en las titulaciones de Ingeniería Eléctrica e Ingeniería Industrial, así como a estudiantes de posgrado, que lo emplearán para proyectos avanzados. Por ser una herramienta excelente para gestionar toda la cartera de proyectos de una organización, con un diseño orientado al trabajo colaborativo y la posibilidad de acceder desde cualquier equipo, incluyendo dispositivos móviles, ITM Platform va a ser aprovechado para realizar trabajos de grupo y simulaciones de Oficinas de Gestión de Proyectos (PMO).

La adopción de esta tecnología permitirá a los estudiantes comenzar a utilizar un software profesional de gestión de proyectos sin necesidad de instalaciones, combinando la educación teórica con la visión que solo se puede adquirir con herramientas prácticas. Además, los docentes ganan control y visibilidad sobre el trabajo de los estudiantes, pudiendo basar sus evaluaciones en indicadores objetivos, y por lo tanto ahorrando tiempo en la administración para centrarse en los aspectos verdaderamente importantes de su trabajo.

Al tratar el trabajo desde el enfoque técnico de la asignación de recursos, las simulaciones de grupo mejoran los resultados del aprendizaje: a la vez que los estudiantes adquieren metodologías prácticas para gestionar con éxito trabajos complejos que deben ser resueltos en grupo, los pedagogos pueden apoyarse en las características del software para potenciar y facilitar las dinámicas de grupo.

Con un entorno compartido por cada clase, el trabajo asignado a los estudiantes puede simular una organización o un equipo de proyecto.  Es importante decidir una fórmula de aprendizaje que se adapte a las características de la materia y a la agenda del curso. ITM Platform puede facilitar cualquier formato, desde las clases presenciales a fórmulas online y formatos intermedios (blended). Además, el trabajo en el software se puede realizar como ejercicios en casa, o para preparar los aspectos técnicos de una tesis de fin de máster o un trabajo final de asignatura.

Otras ventajas del programa académico incluyen:

  • Accesibilidad desde cualquier dispositivo
  • Compatibilidad con las recomendaciones PMBOK y Prince2
  • Trabajo en equipo facilitado gracias a las opciones de licenciamiento de la herramienta: Director de PMO, Project Manager, Team Member y cliente
  • Abierto al aprendizaje interdisciplinario con estudiantes de distintas titulaciones, gracias al manejo sencillo de la herramienta.
  • ITM Platform permite comprobar las ventajas económicas y organizativas de planificar y controlar proyectos.

La colaboración entre ITM Platform y UTFPR es un ejemplo de cómo las instituciones educativas y las PMO en ejercicio pueden acercarse y para ofrecer un punto de partida más ventajoso a las generaciones que se están asomando al mercado de trabajo, a través de la comprensión y la adopción de las mejores prácticas en gestión de organizaciones por proyectos.

Una relación en crecimiento para contribuir a la creación de PMO to help build PMOs

La UTFPR es la última institución en sumarse a la larga lista de empresas y organizaciones de todo el mundo que han adoptado ITM Platform para poner en marcha oficinas de gestión de proyectos que salvaguardan la realización de proyectos en tiempo y forma.

Roberto Candido, profesor de UTFPR, explica que ITM Platform “ayudará a que la universidad realice su labor de preparar profesionalmente a sus estudiantes, al proporcionarles conocimiento directo de una herramienta que facilita la gestión de proyectos, situándolos en una mejor condición para acceder al mercado de trabajo.”

Gracias a sus colaboraciones con las mejores instituciones educativas, ITM Platform sigue avivando la llama que agita la sala de máquinas de las oficinas de gestión de proyectos.

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collection of colorful vector icons in modern flat design style on education and learning theme isolated on white backgroundLos expertos son un grupo muy deseado por directores de proyecto y, más en general, por todos los equipos de proyecto, porque pueden aportar conocimientos especializados y aplicarlos en la resolución de un problema o el análisis de una tecnología compleja.

A menudo, el conocimiento especializado convierte a los expertos en asesores de primera. Su especialización se puede dirigir a un área de conocimiento, un proceso, un sistema, un software o un equipo. La perspectiva del experto es insustituible y puede informar el contenido del proyecto, o cambiar la misma ejecución.

Cómo encontrar el equilibrio del experto

Cualquier experto al que se consulte para un proyecto habrá dedicado muchísimo tiempo a especializarse, pero pueden tener distintos perfiles, no todos de ellos académicos. Es posible que hayan trabajado durante el tiempo suficiente como para dominar su campo en la práctica, o que hayan estudiado un área con mucha profundidad. Si son empleados de tu empresa, pueden ser programadores de software, técnicos o ingenieros, pero también contables o abogados. Fuera de tu organización, pueden ser representantes públicos, ambientalistas o académicos.

Integre expertos con su entorno de ITM Platform

¿Qué valor puede aportar un experto?

Las aportaciones y comentarios de un experto, si llegan a tiempo, pueden cambiar la dirección y el alcance de un proyecto. Puede que su comprensión de sistemas y procesos afecte al enfoque del equipo, o que puedan explicar las limitaciones del proyecto con respecto a factores ambientales condicionantes cuyas implicaciones no se conocían. En realidad, sin el conocimiento y la experiencia de expertos, es difícil saber con qué estás trabajando.

¿Cuándo pueden ser un riesgo los expertos?

Como decíamos, los expertos han dedicado muchísimo tiempo (hablamos de decenas de miles de horas) a formarse y especializarse, por lo que es posible que tengan opiniones y posiciones muy sólidas y arraigadas que no estén dispuestos a debatir. O que no tengan mucho que ver con el propio proyecto.

Por ejemplo, el experto podría dominar los detalles de un sistema técnico empleado en tu organización, pero desconocer cómo interactúa con software más moderno, como aplicaciones y API de redes sociales, o cómo se pueden integrar para ofrecer una experiencia de usuario unificada.

Por otro lado, el experto podría saber mucho sobre un producto y poco sobre la audiencia a la que te diriges. Esto entraña riesgos a la hora de tomar decisiones o de debatir cuestiones que afecten a aspectos de comportamiento demográfico.

La moraleja es que, cada vez que se trabaja con un experto, hay que tener en cuenta sus posibles sesgos y compararlos con el valor del conocimiento que vaya a aportar. Es una situación de búsqueda de equilibrio: no tomes todo lo que diga al pie de la letra, pero recuerda que podrían tener aportaciones singulares a tu proyecto.

Tácticas para hacer frente al sesgo de los expertos

He aquí algunas cosas que tener en cuenta si estás trabajando con expertos:

1. Evita todo sesgo

Ten en cuenta que los puntos de vista de un experto podrían no tener en cuenta la posición relativa de este tipo de conocimiento en el contexto de tu proyecto. Su conocimiento y todos los resultados de investigación que te comuniquen deberían servir como un complemento para el conocimiento y saber hacer del equipo.

Además, los sesgos de expertos también pueden hacer que se sesgue el objetivo de tu proyecto. ¡No permitas que se deformen los resultados y el propósito del proyecto!

2. Pon a prueba la investigación antes de validarla

Por tentador que sea involucrar al experto desde el inicio del proyecto para que ejerza su liderazgo y te ayude a guiarlo, es conveniente que no participen en las fases de ejecución. Ello permitirá que alguien distinto retome sus contribuciones e investigación, tomando los aspectos que valgan la pena y eliminado (o puliendo) los sesgos.

3. Cuenta con un grupo de expertos

Otra buena idea es contar con varios expertos para que trabajen juntos. La idea es todavía mejor si, además de tener distintas opiniones, sus perfiles son diferentes. Eso hará que las contribuciones se equilibrarán y las posibilidades de que sobresalga un sesgo individual son menores.

Aunque no sea sencillo (ni barato) encontrar dos o tres expertos, intent que tu experto, por lo menos, trabaje de cerca con tu equipo para comprender las motivaciones del proyecto y pueda aplicar sus conocimientos y experiencia de manera constructiva.

Gestionar a expertos y stakeholders absorbe gran parte del tiempo de un director de proyecto. A menudo, de hecho, los aspectos más difíciles y cruciales de un proyecto están relacionados con el liderazgo de personas, la comunicación y la integración de distintos puntos de vista.  

Este artículo ha sido escrito por Southern Cross University en colaboración con ITM Platform.

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Gestionar un portafolio de proyectos innovadorespensar ideas, diseño conceptual. ilustración vectorial. implica hacer frente a numerosas dificultades, como la instauración de una cultura de evaluación continua para poder validar la hipótesis de partida, o la difícil colaboración de equipos multidisciplinares sin experiencias previas en las que apoyarse. Para quien lidera la estrategia de innovación, el mayor desafío es contar con alguna herramienta que permita distinguir la importancia relativa de cada proyecto para poder priorizar su puesta en marcha.

Como la proporción entre ideas innovadoras y proyectos que alcanzan la fase final es muy baja, resulta especialmente importante asegurarse que se aprueban los proyectos de mayor valor. No es ninguna broma: los proyectos de innovación son muy ineficientes. Es necesario gastar tiempo y dinero a destajo hasta encontrar la idea que realmente vale la pena. Pero eso no significa que no haya que controlar cuánto tiempo y dinero se gastan, ni en qué actividades.

Empieza a priorizar tu cartera de proyectos innovadores con ITM Platform

Ese es el motivo por el cual este tipo de portafolios suelen seguir una filosofía lean: se parte de una hipótesis o idea que debe pasar por sucesivas fases de refinamiento y validación.

Así, antes de la existencia de un proyecto en fase de ejecución, existe el proto-proyecto: primero la idea o hipótesis de partida, a continuación el MVP, que exige puntos de pivotación. Cuando la hipótesis de partida no es refrendada por la experiencia real, o lo es solo parcialmente, el proto-proyecto se puede reorientar a la luz de lo que se ha aprendido.

Como la pivotación genera costes adicionales en busca de la viabilidad comercial y técnica, hay que evaluar de forma constante las propuestas innovadoras para considerar cuáles deben tener margen para generar ineficiencias y gastos adicionales hasta encontrar unos cimientos sólidos - y cuáles se descartan para que el conjunto de las inversiones sea sostenible.

Innovación y valores corporativos

Los proyectos de innovación en grandes corporaciones se suelen caracterizar por responder a una visión que va más allá del negocio, apuntando también hacia valores como la Responsabilidad Social Corporativa, la sostenibilidad medioambiental o la consolidación de la propia cultura innovadora.

Por ejemplo, una de las estrategias activas de innovación del BBVA está centrada en Big Data. Como la meta última es entender mejor el comportamiento de los clientes para proporcionarles mejores servicios, los esfuerzos se dirigen a la creación de conocimiento. Con ramificaciones importantes: el profesional clave ya no es el financiero tradicional, sino el científico de datos, que “domina la estadística, sabe programar y también entiende el negocio”. Las distintas iniciativas que emanan de la estrategia de Big Data de BBVA pugnan  por recursos finitos (aunque abundantes), por lo que Marco Bressan ha decidido concentrarse para empezar en la centralización de la información.

Por otra parte, el medio que tiene cualquier corporación para materializar una estrategia de innovación es su portafolio de proyectos. Para que el portafolio de proyectos tenga la entidad suficiente, la administración del portafolio debe ser responsabilidad explícita de una unidad corporativa, a menudo el propio comité de dirección.

En el caso de General Electric, por ejemplo, las verticales incluyen la aviación y el transporte, pero se extienden a materiales tan diferentes como el software, los servicios sanitarios o el agua.

 Una muestra de diversidad en el portafolio innovador de GE

Una muestra de diversidad en el portafolio innovador de GE

Por desgracia, como los proyectos innovadores suelen ser completamente inéditos y muy diferentes entre sí, a menudo resulta complicado saber cuáles son los proyectos a los que se va a dar atención preferente. ¿Es más importante que el proyecto produzca un retorno social o que contribuya a la modernización de la infraestructura tecnológica?

Ante la dificultad de comparar dos proyectos innovadores entre sí y saber de antemano cuál aportará mayor valor a la compañía, resulta crucial contar con un criterio para realizar elecciones complejas de forma objetiva.

Las elecciones complejas a menudo son subjetivas

Una elección compleja es aquella en la cual las alternativas se ponderan en base a más de una cualidad, de manera que no existe una alternativa óptima que supere al resto.

Por ejemplo, una familia atiende a varios factores cuando escoge a su proveedor de servicios de internet: el precio, la calidad de la atención al cliente, la velocidad de la línea y la reputación de la marca. Generalmente los servicios más económicos ofrecen velocidades más bajas, mientras que las marcas más establecidas a menudo ofrecen servicios de posventa mejorables. La decisión nunca es obvia.

Las elecciones complejas se toman a diario. A menudo, como en el caso de los proveedores de internet, la decisión final suele ser subjetiva, porque quien decide no cuenta con el tiempo necesario ni con las herramientas que le permiten decidir cuál es la opción que entrega el máximo valor. Esa dimensión precipitada de la decisión permite a los competidores apelar a las emociones y ganar con argumentos poco relacionados con el propio servicio.

Sin embargo, es obvio que quien lidere el programa de innovación de una corporación no puede dejarse llevar por las emociones. Tendrá que dar razones de sus decisiones, basarse en datos y conseguir el empuje y el compromiso de muchos equipos, que a menudo trabajan en lugares remotos.

Elecciones corporativas complejas: priorización de portafolio con AHP

Sin una técnica o método para comparar entre los distintos criterios de valor, cada elección entre proyectos es un dilema, equivalente a la elección entre valores éticos absolutos, como la libertad y la igualdad.

Aunque hay decenas de metodologías de priorización para requisitos de producto (casi ninguna funciona bien), no existen muchas alternativas en el mundo de la gestión de proyectos.

El método más conveniente para responder a las elecciones complejas que representan las alternativas entre proyectos innovadores es AHP. Son las siglas de Analytic Hierarchy Process, o Proceso de Jerarquía Analítica.

Resumiendo, AHP es aconsejable porque:

  • Ayuda a construir consenso en torno a la manera de realizar la estrategia del portafolio innovador
  • Está vinculado por definición a los criterios, valores y objetivos de negocio
  • Cortocircuita las discusiones políticas
  • Aumenta el compromiso con las decisiones tomadas, ya que todos los criterios de la corporación están representados en su justa medida.

Esta técnica permite comparar en una tabla la importancia relativa de cada criterio u objetivo, escogiendo cada vez una pareja.

Priorizar objetivos con ITM Platform

La tabla resultante no jerarquiza en términos absolutos. Es decir: no clasifica los objetivos de más a menos importante, ya que eso es una simplificación excesiva. Por el contrario, permite atender a matices que son fundamentales a la hora de atender a la diversidad de propuestas de valor que entregan los proyectos innovadores.

Por ejemplo, en el caso de un portafolio innovador se podría comparar la importancia de los siguientes objetivos:

  • Mejorar la cultura innovadora
  • Aumentar la cuota de mercado en servicios digitales
  • Modernizar la infraestructura tecnológica

Imaginemos ahora que el comité de dirección de una corporación dedica una reunión a comparar estos objetivos y discutir cuál es más importante para la estrategia y compararlos por pares. Su conclusión sería algo parecido a la tabla siguiente:

Una tabla que muestra las relaciones entre la cultura innovadora, los servicios digitales y la modernización

Aunque las matrices se pueden hacer a mano o en Excel, es conveniente contar con un software que permita calcularlo y esté integrado con la propia gestión de los proyectos.

De este modo, no solo se cuenta con un sistema que ayuda a realizar el análisis, sino que sus resultados se registran y se conectan con la evaluación de los propios proyectos.

Al vincular cada proyecto con los objetivos y los criterios que apoya, la herramienta de PPM indica qué proyectos aportan más y deberían iniciarse antes.

Por supuesto, el trabajo de evaluación de las propuestas seguirá siendo un arte difícil, así como la elaboración de las propias propuestas innovadoras, con todos los ejercicios de prospección de mercado, identificación de tendencias y apuesta incierta por el futuro.

Pero hay una base en la gestión de la información que debe ser exigible. La priorización facilitada que hemos explicado en este artículo tiene las grandes ventajas de generar consenso y apoyar la toma decisiones informadas, renegociables y fáciles de comunicar.

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Altavoz para comunicarLa eficacia en los proyectos internos de cambio pasa por un liderazgo eficaz que consiga ser influyente sin obligar, que ejerza la persuasión a través de la seducción y reconozca la complejidad de la influencia en los ámbitos corporativos.

La comunicación es uno de los procesos más complejos y al mismo tiempo apasionantes del ser humano. Aunque en la comunicación influyen muchos aspectos humanos, el lenguaje es el principal componente. Además, en un entorno dominado por el trabajo basado en proyectos, donde la naturaleza del trabajo es diferente cada vez, la comunicación es una pieza fundamental que todo gestor de proyectos debe dominar.

Comunícate con todos tus equipos en un software colaborativo y entérate del estado de tus proyectos en cada momento

Lo mismo vale para los proyectos orientados al cambio interno. Es más: la comunicación del cambio es más compleja que la tradicional. Normalmente, cuando lanzamos un mensaje para producir un cambio en el comportamiento de alguien, esperamos una reacción inmediata de un individuo aislado o un grupo reducido de personas. Por el contrario, en la gestión del cambio buscamos producir un cambio estable y controlado, a lo largo del tiempo, y donde el destinatario es un grupo de personas cuyas respuestas deben estar coordinadas. La complejidad puede ser abrumadora.

Lejos de disminuir, la importancia de la comunicación en estos casos es aun mauor, ya que toda acción orientada al cambio puede generar una reacción que desplace las condiciones hacia un escenario distinto. Si no se miden estas reacciones a través de flujos de retroalimentación, se corre el riesgo de construir castillos en el aire.

Por ello, el dominio de las técnicas de comunicación es esencial para el buen funcionamiento de una empresa. Para empezar, en organizaciones de cierto tamaño es recomendable contar con políticas de comunicación interna que faciliten esa retroalimentación. Una forma sencilla de establecer estas políticas, por ejemplo, es establecer reuniones semanales. En grandes corporaciones, la comunicación interna exige a menudo la contratación de expertos que dinamicen los debates y establezcan iniciativas para compartir ideas, conocimiento o impresiones.

En general, se puede dividir el dominio de la comunicación del cambio en tres aspectos: utilizar el lenguaje adecuado, realizar la comunicación en el contexto óptimo, y focalizar la comunicación en la solución de problemas reales que presentan los proyectos y que son percibidos por sus líderes.

Utilizar el lenguaje adecuado para comunicar el cambio

Las palabras que utilices para describir la gestión del cambio marcarán la predisposición de tus interlocutores a adoptar estos nuevos sistemas de trabajo. Tanto si se trata de convencer a los líderes de proyecto acerca de la introducción de una nueva metodología como de motivar a los miembros de proyecto a que la tengan presente durante las distintas fases del proyecto, la terminología que hayas manejado tendrá repercusiones claras.

Para empezar, es muy difícil que tu equipo se sienta interesado por un sistema de trabajo que no comprende. Por ello, lo mejor es hablar en un lenguaje que sabes que van a entender. Si la nueva metodología ha nacido de la identificación de problemas con los que ellos están en contacto, haz evidentes las conexiones para que puedan comprender las consecuencias de su trabajo sobre toda la organización. La comunicación puede empoderar si persigue reforzar la consistencia entre problemas y soluciones a la escala del trabajo individual.

Por poner otro ejemplo más sencillo, sucede de manera similar cuando el médico le explica a su paciente cuál es su diagnóstico y por qué es importante que siga un determinado tratamiento. Si utiliza un lenguaje excesivamente técnico, aunque probablemente sea el más correcto desde el punto de vista científico y académico, su paciente no lo comprenderá, no le dará la importancia adecuada a su enfermedad o no será capaz de seguir adecuadamente el tratamiento. Por tanto, es responsabilidad del médico utilizar un lenguaje adecuado que garantice que el paciente es consciente de su enfermedad y lo predisponga a seguir el tratamiento adecuadamente. El éxito de la empresa (en este caso, el buen tratamiento del paciente) depende de ello.

Contexto

Lee este artículo si te preocupa que tu equipo no tenga toda la información que necesita: Consejos para la comunicación en equipos de trabajo remoto

La gestión del cambio no puede plantearse como un hecho aislado, independiente del resto de la empresa. Precisamente, es todo lo contrario, la gestión del cambio debe impregnar todos los aspectos de la empresa, por lo que debe mostrarse como un concepto global que se relaciona con la empresa y con sus circunstancias.

Un hecho que resulta común al cambio en todas las empresas, dado que se trata de la propia esencia del cambio, es que debe producirse en todas y cada una de las personas implicadas en el proyecto. El cambio global será resultado de la suma e interacción de todos los sujetos implicados en el proyecto o en la empresa.

Por tanto, el cambio debe presentarse como una disciplina que requiere un entrenamiento regular y progresivo, unos conocimientos previos y una interacción entre individuos.

Independientemente de estos hechos, aptos para cualquier tipo de cambio cualquier empresa, el gestor del cambio debe prestar especial atención a las necesidades y situación concreta de cada empresa y contexto de mercado, para poder adaptar las metodologías de cambio de manera personalizada a las circunstancias de la empresa con la que trabaja.

Solución de problemas reales

Los líderes de las empresas buscan soluciones a los problemas diarios de sus negocios, que supongan un impacto significativo en su actividad y que les permitan alcanzar un producto final que satisfaga las necesidades de sus clientes y consiga la cuota de mercado deseada.

Por tanto, para convencerlos de la necesidad de realizar cambios y de una adecuada gestión de este proceso, es necesario tocar esa fibra sensible, la de que los cambios persiguen mejorar los resultados de los proyectos. Por ejemplo, si la organización no cuenta con una metodología para coordinar proyectos con interdependencias, las nuevas conversaciones sobre la aportación de los proyectos en términos de beneficios externos, los objetivos de los distintos programas y las líneas maestras que orientan la estrategia global deben aspirar a contagiarse en todos los estamentos, para incorporarse gradualmente como cultura corporativa. Así, los miembros de los proyectos deberían pasar de considerarse parte de un proyecto a ser parte de un portafolio corporativo con unos fines más ambiciosos.

Una de las principales responsabilidades del gestor del cambio es identificar cómo los fallos en los procesos, descritos a nivel macro, pueden modificarse de una manera realista. Es fundamental que se alcance un encuentro entre una perspectiva de arriba abajo (top-down) y de abajo hacia arriba (bottom-up). Puedes ver este webinario para conocer las lecciones que hemos aprendido al respecto en ITM Platform.

Aceptación = lenguaje + contexto + solución de problemas

Actualmente y más que nunca, las organizaciones necesitan una gestión del cambio efectiva. El cambio actualmente es mayor que nunca antes en la historia de los negocios: más rápido y más importante y más complejo. Debido a las exigencias del mercado, las empresas también se hacen más exigentes y piden resultados positivos y concretos.

Para conseguir la aceptación de los sistemas de cambio, puedes apoyarte en los tres pilares fundamentales que hemos desarrollado a lo largo de este artículo: utilizar un lenguaje preciso al mismo tiempo que accesible, adaptarlo al contexto las necesidades concretas de cada empresa y de cada momento del mercado y demostrar que una gestión del cambio eficiente permitirá solucionar problemas prácticos de la empresa.

Si te ha interesado este artículo, puedes seguir leyendo:

Gestión de la comunicación en los proyectos

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5 consideraciones para administrar tu portafolio de proyectos

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gráficos blancos y azulesLos indicadores de proyecto más habituales: tiempo y presupuesto

Tradicionalmente se ha trabajado con medidas de coste y tiempo, comúnmente conocidas como OTOB, es decir: On Time and On Budget. En castellano, esto quiere decir que el proyecto se entrega a tiempo y dentro del presupuesto.

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Es normal que cualquier gestor de proyectos considere que los indicadores de proyectos más importantes son los elementos incluidos en OTOB, como son el cumplimiento de las tareas en función del tiempo y la sinergia entre el presupuesto y el plan original, para cubrir la rentabilidad del proyecto.

No obstante, hay muchísimas más métricas que conviene tener en cuenta para medir la eficacia de la gestión, la rentabilidad del proyecto, e incluso su contribución a los objetivos a largo plazo de la organización. Las medidas de coste y tiempo son un comienzo, desde luego; pero es importante complementarlas. Es lo que ha ocurrido con el paso del tiempo: ahora se cuenta con múltiples medidas que toman el pulso del proyecto durante su desarrollo, permiten un análisis más exacto y arman de astucia a los gestores de proyecto, que tienen más herramientas para predecir y esquivar pormenores.

Los indicadores clave de rendimiento (Key Performance Indicator) o KPI sirven de guía de ejecución para examinar y valorar seguidamente el desempeño de un proyecto en el tiempo, desde su inicio hasta su cierre. Su efectividad reside en la evaluación y monitorización, así se traten de proyectos comunes o especiales.

Un indicador no es lo mismo que una métrica cualquiera. Para considerar un dato capturado como un KPI es necesario poder contar con una evolución. Por ejemplo, el número de proyectos no completados a tiempo se convierte en un KPI cuando transforma en un porcentaje al ponerse en el contexto del total de proyectos en ejecución; o cuando se compara la evolución con el año anterior.

¿Cómo evoluciona la distancia con la estimación?

Ese punto de partida permite comprender la complejidad que se esconde bajo la noción, aparentemente sencilla, del tiempo. El tiempo puede dar lugar a un número muy elevado de indicadores de proyecto, por lo que es imprescindible ser capaz de seleccionar los más importantes y claros.

Uno de los indicadores más valiosos relacionados con la medida del tiempo es la desviación con respecto a las estimaciones iniciales de plazos. Este indicador evoluciona a lo largo de la ejecución del proyecto. Por ejemplo, ITM Platform ofrece por defecto el siguiente gráfico, en este caso sobre un proyecto de desarrollo de software.

la desviación con respecto a las estimaciones iniciales de plazos gráfico

En él, se puede apreciar que el 1 de enero de 2018 la desviación entre porcentaje previsto y porcentaje efectivamente completado es de 26 puntos, aunque era todavía más grave a mediados de diciembre, cuando llegó a ser de 30 puntos.

A partir de ahí, es sencillo extrapolar indicadores valiosos. Veamos la siguiente tabla, en la que se han comparado los seguimientos reales con los puntos estimados más cercanos.

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Estimado 9% 20% 26% 46% 54% 62% 70% 78% 88% 100%
Real 6% 9% 17% 26% 31% 32% 34% 40% 62% 74%
Diferencia 3 11 9 20 23 30 36 38 26 26
Aumento de la diferencia +3 +8 -2 +11 +3 +7 +6 +2 -12 0

Aunque la diferencia entre porcentaje completado estimado y real es un valor interesante, la variación de la diferencia es el KPI más importante, porque permite identificar los puntos críticos a lo largo de la ejecución del proyecto, como el punto de inflexión en el punto cuarto, a partir del cual la diferencia se mantiene por encima de los 20 puntos.

A partir de un indicador tan sencillo como ése, es posible examinar las causas de las desviaciones en detalle, identificar los problemas y poner en marcha medidas para que no se repitan en el futuro:

  • Si las estimaciones del tiempo necesario para completar determinados requisitos no eran realistas, se debe ahondar en el trabajo real que fue necesario para completarlos
  • Si se produjeron retrasos imprevistos por motivos evitables, esos motivos pueden perfilarse como riesgos en futuros proyectos en aras de generar planes de contingencia y mitigación que permitan tanto aislarlos como tratarlos.

Por supuesto, este KPI aislado puede falsear la historia, o ser compatible con historias muy distintas. Por ejemplo, la ruta crítica se podría haber visto afectada desde el inicio por un factor externo que, al desbloquearse, generara el enorme avance entre los puntos 8 y 9; pero también podría ocurrir que los retrasos acumulados se debieran a un equipo de proyecto poco integrado y el avance final al compromiso del equipo por salvar el proyecto ante la inminencia de la entrega.

Por eso, es necesario completarlo con otros indicadores y con la información práctica que se puede recabar de conversaciones con los miembros del equipo.

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